Además, las inversiones aumentarán un 4,6 %,
cuando las previsiones oficiales apuntaban a un 6,5 %, mientras la fuga
de capitales se estima en 30-35.000 millones de dólares.
Klepach ya advirtió a finales de marzo que si la economía no se
recuperaba en la segunda mitad del año, el crecimiento podría incluso
ser menor del 2 %.
Según los expertos, un crecimiento menor del 3 % para una economía emergente como la rusa es sinónimo de estancamiento.
El domingo el titular de esta cartera, Andréi Beloúsov, aseguró que
la economía crecería en torno al 3 %, debido a la disminución de las
exportaciones de gas.
Además, destacó que los índices de
crecimiento económico durante el primer trimestre ya habían sido peores
de lo previsto por el Ejecutivo.
"Prácticamente, el crecimiento en los primeros tres meses fue del 1 %", señaló.
La economía rusa creció un 3,5 % el pasado año en comparación con
2011, medio punto porcentual por debajo de las previsiones oficiales
debido a la ralentización sufrida en la segunda mitad del año.
El presidente ruso, Vladímir Putin, ha manifestado su preocupación por
la ralentización de la economía que vinculó directamente a factores
externos.
Precisamente, la ralentización coincidió con el
ingreso de Rusia en la Organización Mundial de Comercio en agosto pasado
tras casi dos décadas de arduas negociaciones.
Por su parte,
el primer ministro Dmitri Medvédev ha asegurado que su Gobierno debe
garantizar un crecimiento económico estable por encima del 5 %.
Al respecto, Klepach advirtió de que para garantizar un crecimiento
económico del 5 % serán necesarias profundas reformas económicas,
postura compartida por el Fondo Monetario Internacional.
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