"Tenemos que intensificar el diálogo,
desarrollar nuestras respectivas perspectivas y conseguir que las ONG,
que en Alemania conocemos como motor de innovación, tengan su
oportunidad también en Rusia", añadió.
Merkel saldó con este
par de frases, las más aplaudidas de su discurso, su compromiso con las
ONG, tras el alud de críticas por los registros realizados en las sedes
de organizaciones extranjeras en Moscú, incluida la Fundación Konrad
Adenauer, afín a la Unión Cristianodemócrata (CDU) que preside la
canciller.
El presidente ruso, Vladímir Putin, en el discurso
anterior, había incidido en la necesidad de reforzar las relaciones
comerciales bilaterales, en medio de una crisis en que "la economía
mundial y la europea siguen mostrándose lamentablemente muy frágiles".
Frente a la debilidad económica europea y mundial, Rusia presenta un
endeudamiento estatal "controlable", tiene unas buenas reservas de oro
y, pese a algún punto negro, como la excesiva inflación, admitió el
presidente, está en disposición de invertir.
Fueron dos
discursos cortos, en medio de una ceremonia volcada en exhibir la
fortaleza del ámbito industrial y que empezó con casi una hora de
retraso y en medio de fuertes medidas de seguridad.
La visita
de Putin a Hannover había quedado empañada por las protestas en Alemania
contra las acciones sobre las ONG, tanto desde las filas gobernantes
-incluido el Partido Liberal (FDP), socio de Merkel- como de la
oposición.
Las operaciones en Moscú siguen a la ley promulgada
el año pasado que obliga a registrarse como "agentes extranjeros" a las
ONG que reciben financiación del exterior.
Grupos de
manifestantes de organizaciones de defensa de los derechos humanos y del
partido Los Verdes se concentraron para protestar por el proceder de
Moscú ante el pabellón en el que Putin y Merkel inauguraron la feria.
Los ánimos estaban bastante caldeados ya la semana pasada y, además,
Putin había defendido en una entrevista a la televisión pública alemana
ARD, el viernes, estas acciones como parte del "lógico control" de su
país sobre las ONG.
Los registros afectaron a las principales
ONG extranjeras e incluyeron, por parte alemana, tanto a la ya
mencionada de las filas conservadoras como a su equivalente
socialdemócrata, la Friedrich Ebert.
Esta cuestión afectó la
de por sí poco cálida relación entre Merkel y Putin, quien en 2005, aún
con su amigo y aliado político, el socialdemócrata Gerhard Schröder, fue
aclamado ya como invitado de honor en el mayor escaparate mundial del
sector.
Por encima de los disensos actuales, Merkel hizo gala
de su habitual sangre fría y se esforzó en mostrar cordialidad,
salpicada de esas críticas, frente a su algo incomodado invitado.
Berlín es un excelente socio comercial para Moscú, con una balanza
comercial que en 2012 movió -en uno u otro sentido- 80.500 millones de
euros, lo que significa un incremento del 6,9 % respecto al año
anterior, según cifras difundidas en la feria.
Merkel y Putin
tendrán una segunda ocasión de mostrar armonía o disenso mañana, en el
recorrido de apertura por el recinto, tras una ceremonia en memoria de
las víctimas del nazismo.
Será en el cementerio de Hannover,
donde están enterrados 386 trabajadores forzosos soviéticos que el
régimen nazi entregó a sus empresas colaboradoras.
Entre lo
simbólico y lo económico, se espera que ambos líderes pronuncien alguna
declaración más cercana a la agenda política multilateral del momento.
Todos los derechos reservados por Rossíiskaia Gazeta.
Suscríbete
a nuestro boletín
Reciba en su buzón el boletín informativo con los mejores artículos sobre Rusia: