La capital rusa no ha dejado de batir marcas y registros históricos en todo el invierno y principio de la primavera.
Hace dos semanas, Moscú despedía el invierno con la mayor nevada en
más de 130 años de observaciones, que se producía en el mes de marzo más
nevado en medio siglo y muy frío, con temperaturas medias cinco grados
centígrados por debajo de la norma climática.
Curiosamente, la
primera gran nevada de la temporada invernal también batió a finales
del mes de noviembre una marca de más de 50 años.
Llegado
diciembre, el país fue recorrido por la mayor y más larga ola de frío
ártico en 75 años para el primer mes invernal, que dejó temperaturas
inferiores a los 50 grados bajo cero en algunas zonas del Lejano Oriente
ruso y por debajo de los 20 grados en Moscú.
Al frío le
siguieron copiosas nevadas que se prolongaron con escasos paréntesis
durante los tres meses siguientes, de manera que ya a comienzos de
febrero, los servicios meteorológicos de la capital rusa apuntaron al
invierno más nevado en cien años.
Sin contar la nevada de hoy,
la capa de nieve durante el periodo invernal 2012-2013 alcanzó los 327
centímetros, más del doble de la norma climática, cifrada en 152
centímetros.
Solo en marzo, las precipitaciones triplicaron los registros habituales para ese mes
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