Putin defiende la campaña masiva de registros de oficinas de las ONG rusas

El presidente ruso, Vladímir Putin, defendió hoy la campaña masiva de registros de las oficinas de las ONG rusas, aunque advirtió contra los excesos denunciados por los activistas, que han calificado de ilegales las inspecciones.

Putin, que hizo estas afirmaciones durante una reunión con el Defensor del Pueblo ruso, Vladímir Lukín, subrayó que "el objetivo de todas estas inspecciones es comprobar si las actividades de las ONG se corresponden con los fines anunciados".

"Todos deben realizar sus actividades en el marco de la ley. (Las inspecciones) Son actividades rutinarias relacionadas con el deseo de los órganos de seguridad de que las organizaciones actúen en consonancia con la legislación rusa", subrayó en el balneario de Sochi, en el mar Negro.

Además, Putin pidió al Defensor del Pueblo que siga detenidamente la marcha de las inspecciones de las ONG y que le mantenga debidamente informado.

"Me gustaría que no se permitiera ningún exceso", dijo.

La Fiscalía General también justificó hoy la inspección masiva de las principales ONG que operan en Rusia, entre las que figuran Amnistía Internacional, Transparencia Internacional o Human Rights Watch (HRW) con la lucha contra el extremismo.

"Todas las quejas de las ONG sobre violaciones de sus derechos e intereses durante las inspecciones serán debidamente estudiadas", afirmó Marina Grídnieva, portavoz de la Fiscalía.

Según la organización de defensa de los derechos humanos AGORA, cerca de un centenar de ONG han informado en los últimos días sobre inspecciones sorpresa de sus oficinas en todo el país, durante las que en algunos casos fueron confiscados sus ordenadores y otros documentos.

Hoy, mismo, la veterana activista Ludmila Alexéyeva informó de que un grupo de agentes de las fuerzas de seguridad habían comenzado a registrar la sede del Grupo de Helsinki de Moscú, la organización defensora de los derechos humanos más antigua del país.

La directora de HRW en Europa y Asia Central, Rachel Denber, ha tachado de "presión sobre la sociedad civil" la inspecciones de las ONG, opinión secundada por la organización Memorial, nominada en varias ocasiones para el premio Nobel de la Paz.

La Fundación Konrad Adenauer, afín a la Unión Cristianodemócrata Alemana de la canciller Angela Merkel, expresó esta semana su preocupación y calificó de inaceptable el nuevo registro llevado a cabo en sus oficinas en San Petersburgo.

Los activistas consideran que esas acciones se enmarcan en una campaña oficial contra las organizaciones financiadas desde el exterior y a las que el Kremlin considera instrumentos de injerencia en los asuntos internos de Rusia.

Once ONG enviaron el pasado 6 de febrero una queja al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo contra la ley que regula desde noviembre sus actividades y que obliga a registrarse como "agentes extranjeros" a aquellas que reciben financiación del exterior.

Las principales organizaciones no gubernamentales rusas anunciaron en noviembre pasado que no acatarán en ningún caso la ley promulgada por el presidente ruso al considerarla represiva.

La ley considera políticamente activas a las ONG que financien u organicen acciones políticas que persigan influir en la toma de decisiones de instituciones estatales y participen en la formación de la opinión pública.

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