Mientras, "uno de cada cinco (un 21 por
ciento) han recibido con escepticismo la propuesta de elevar la edad
mínima del comprador de alcohol hasta los 21 años".
El senador
Viacheslav Fetísov, autor de la iniciativa, recuerda que Rusia es líder
mundial en consumo de bebidas alcohólicas por habitante, con 18 litros
anuales, y que más de dos millones de rusos sufren de alcoholismo, según
datos oficiales.
"Además, la edad de inicio del consumo de
alcohol se reduce dramáticamente y, según los especialistas, es ahora de
11 o 12 años", dijo.
Por este motivo, según la Organización
Mundial de la Salud, en Rusia, debido a este vicio, en el mejor de los
casos 40 de cada 100 rusos llegarán a la edad de jubilación, comentó el
senador.
"Los adolescentes no pueden diferenciar el alcohol
caro y de calidad. Se trata de una creciente generación que podemos
perder si no se toman medidas cardinales. Medias tintas ya no ayudan",
añadió.
Fetísov considera que la prohibición de vender alcohol
a los menores de 18 años no soluciona el problema y hay que elevar la
barrera hasta los 21 años, como en Estados Unidos.
Médicos y
especialistas citados por la prensa rusa coinciden al señalar que los
perjuicios para la salud del vodka o la cerveza son mucho menores a
partir de los 21 años.
El Gobierno ruso ha tomado durante los
últimos años toda clase de medidas para reducir la afición al alcohol
entre los más jóvenes, como limitar su horario de venta y prohibir el
consumo de esa clase de bebidas en el transporte público.
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