La autopsia se practicará hoy para determinar
las causas del fallecimiento, que varios amigos del empresario, muy
crítico con el presidente ruso, Vladímir Putin, no ven como un suicidio.
"Boris era un luchador y el suicidio no estaba en su ADN", dijo el historiador ruso Yuri Felshtinsky al "Daily Telegraph".
Según este mismo periódico, cuando la exmujer del empresario, Galina,
llegó a la vivienda un sanitario analizaba el cuerpo de Berezovsky y al
parecer encontró una bufanda cerca del cuerpo.
Por su parte,
un viejo amigo del oligarca, Nikolai Glushkov, señaló al periódico "The
Guardian" que Galina salió de la casa creyendo que su exmarido podría
haber sido asesinado.
"Boris fue estrangulado. O lo hizo él
mismo o alguien le ayudó. (Pero) no creo que fuera un suicidio. Esta no
es una muerte normal", afirmó Glushkov que, como Berezovsky en el año
2000, emigró desde Rusia al Reino Unido.
La Policía, que no ha
hecho comentarios sobre estas declaraciones, sigue interrogando al
entorno del fallecido para entender cuál era su "estado de ánimo" antes
del suceso.
Berezovsky sufrió depresión durante varios meses
tras perder un juicio contra el magnate ruso Roman Abramovich, dueño del
equipo de fútbol inglés Chelsea, y de separarse de su última pareja,
Yelena Corbunova.
Entre los que descartan el suicidio como
motivo del fallecimiento se encuentra la viuda del exagente de los
servicios secretos rusos, Alexander Litvinenko, que murió envenenado por
una sustancia radiactiva polonio-210 en Londres en el año 2006.
"Desde mi punto de vista parece improbable que se suicidara. Tenía
muchos enemigos. Era una persona franca y nunca intentó ocultar lo que
pensaba", apuntó Marina Litvinenko a "The Daily Telegraph".
La
última vez que lo vio fue hace cuatro semanas y entonces a la viuda de
Litvinenko le pareció que "se había recuperado un poco y que estaría
mejor", en contraste con otros testimonios que apuntan a que el oligarca
"estaba muy deprimido".
El ejecutivo Tim Bell aseveró que
Berezovsky quedó "muy afectado" por la derrota en los tribunales frente a
Abramovich, que le dejó con facturas legales estimadas en 100 millones
de libras (117 millones de euros), según "The Guardian".
"No
creo que haya razones para que lo mataran los rusos, ya que fue
destruido hace seis meses en los tribunales ingleses. Fue una victoria
enorme para Putin", declaró al diario "The Times" otro amigo del
oligarca, Alex Goldfarb.
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