Eso sí, el jefe del Gobierno ruso precisó que Rusia "no ha cerrado la puerta" a las conversaciones con Chipre.
Sarris, quien llegó hace dos días a la capital rusa con la misión, si
no de conseguir un salvavidas financiero para su país, sí de obtener
ciertos respaldos que alivien la situación de Chipre, no logró convencer
a las autoridades rusas.
"No hemos podido recibir el apoyo
que queríamos", dijo el ministro chipriota, citado por las agencias
locales, antes de dejar Moscú.
Sin embargo, el jefe de las
finanzas chipriotas manifestó que más adelante Rusia podría conceder un
nuevo crédito y revisar las condiciones de un empréstito anterior de
2.500 millones de euros.
"Las negociaciones han concluido",
sentenció el titular de Finanzas ruso, Antón Siluánov, al resaltar que
las ofertas que trajo a Moscú su homólogo chipriota, incluida la de
participar en la explotación de un yacimientos de gas, no suscitaron
interés en la parte rusa.
"Sus propuestas eran crear una
compañía estatal para trasferir activos gasísticos con participación de
inversores rusos (...). Nuestros inversores no se han interesado", dijo
el ministro ruso, citado por la agencia Interfax.
Añadió que la banca rusa tampoco mostró interés en invertir en la compra de bancos u otros activos chipriotas.
"Nos propusieron entrar en esos bancos, pero ninguna de nuestras
entidades crediticias comerciales manifestó el deseo de hacerlo",
explicó.
Además, Siluánov destacó que en sus conversaciones
con Sarris no se habló de la concesión de un nuevo crédito ruso a
Chipre, "porque la parte europea estableció un techo de deuda" para ese
país.
Rusia criticó duramente y tachó de confiscatorio el plan
de rescate financiero acordado inicialmente por el Gobierno chipriota y
el Eurogrupo, que contemplaba gravar los depósitos bancario para
recaudar los 5.800 millones de euros que le exige la Unión Europea como
condición para aportar otros 10.000 millones al rescate.
El
Kremlin se quejó de que el Eurogrupo no informó oportunamente de esa
iniciativa a Rusia, habida cuenta de su fuerte presencia financiera en
Chipre, y reclamó acciones conjuntas.
"Esperaremos las
decisiones de la troika (el Fondo Monetario Internacional, la Comisión
Europea y el Banco Central Europeo), y a partir de ellas reaccionaremos,
tomaremos decisiones sobre nuestra participación en lo que se refiere a
la reestructuración de la deuda", declaró hoy Siluánov, en tono mucho
más suave.
Las negociaciones ruso-chipriotas coincidieron con
la reunión del Gobierno ruso y la Comisión Europea, en momentos que
Europa insiste en que los problemas de la zona del euro deben resolverse
en el seno de la misma.
El vicegobernador del Banco Central
ruso, Alexéi Simanovski, apuntó hoy que la situación en Chipre "no
tendrá una influencia sistémica en el sector bancario de Rusia".
Por su parte, fuentes del Ministerio de Energía de Rusia indicaron
que el consorcio gasístico Gazprom y la petrolera estatal Rosneft
rechazaron la propuesta de Chipre de participar en la licitación para
explotar un yacimiento de gas en la plataforma continental del país
insular.
"Han propuesto (los chipriotas) participar en la
licitación, pero los estudios sismológicos del yacimiento no han
concluido y no está claro qué tipo de yacimiento es", dijo un portavoz
de esa cartera citado por las agencias locales.
Agregó que se trata de un asunto que habrá que estudiar en el futuro y de manera muy detallada.
La víspera, Medvédev declaró que la participación de las compañías
rusas en la explotación del yacimiento es un asunto "sumamente
complejo".
"En primer lugar, no tengo muy claro los costes y,
en segundo, sabemos que hay algunos problemas con Turquía. Es un asunto
sumamente complejo", dijo el jefe del Gobierno ruso.
Chipre
está dividido desde 1974 entre el norte turcochipriota y el sur
grecochipriota y no existe una demarcación legal de las aguas
territoriales de cada parte.
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