Como ya quedó claro durante la última reunión
del G20 a nivel de ministros de Finanzas en Moscú, Rusia insistirá en
la más pronta reforma del sistema de cuotas del Fondo Monetario
Internacional (FMI) para incrementar las aportaciones y en consecuencia
la capacidad de decisión de las economías pujantes.
Al mismo
tiempo, el Kremlin confía en la pronta creación de una entidad
financiera de BRICS, el Banco de Desarrollo, con sede en Moscú y un
capital inicial de 50.000 millones de dólares.
"Estamos a las
puertas de adoptar una decisión oficial sobre este asunto", apuntó hoy
en rueda de prensa el viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi
Riábkov.
El documento también apunta que Rusia pedirá a sus
socios de BRICS impulsar la cooperación entre los países del grupo para
actuar juntos en el marco de la ONU, entre otros asuntos para "reforzar
el Consejo de Seguridad como órgano responsable de mantener la paz y
seguridad internacional".
"Se debe evitar el uso de la ONU, y
en primer lugar de su Consejo de Seguridad, para amparar el
derrocamiento de regímenes denostados y la imposición de medidas
unilaterales, incluidas las de fuerza, para la resolución de
conflictos", apunta el documento.
Rusia quiere aprovechar su
participación en el BRICS para dar más peso político a ese grupo hasta
convertirlo en un polo de poder alternativo a la alianza atlántica
liderada por EEUU, según el informe "Rusia en el BRICS. Objetivos
estratégicos y medios para lograrlos", revelado hace unos días por el
diario ruso "Kommersant".
Moscú entiende que el grupo BRICS
puede convertirse en un centro de influencia política en contrapeso a
Estados Unidos y la Unión Europea, debilitados por la crisis económica y
financiera actual.
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