Nicosia y Moscú guardan unas estrechas
relaciones, "con Chipre actuando de alguna manera como un paraíso fiscal
del dinero ruso", señaló el experto, que apuntó hacia cuestiones de
estrategia geopolítica y económica como que Rusia pida a cambio de esa
ayuda "acceso privilegiado a las grandes reservas de gas en territorio
chipriota".
En esa misma línea apuntan otros expertos, como
Zsolt Dalvas, del Instituto Bruegel de Bruselas, quien en su último
artículo sobre la crisis esta semana consideró que "Rusia puede ayudar",
pero también subrayó que "es probable que Chipre tenga que pagar un
elevado precio por ello".
"Rusia podría pedir una alta
compensación, como sería el control de los yacimientos de gas bajo aguas
chipriotas, y eso también tendría sus consecuencias geopolíticas",
subraya Dalvas.
Ruparel, por su parte, agregó que "desde el
último año ha habido rumores de que Rusia está buscando trasladar su
base naval desde Tartus (Siria) hasta Chipre".
"La perspectiva
de tener bases militares rusas en territorio comunitario es
particularmente preocupante", señaló a Efe el experto, quien también
consideró que "eso puede parecer ahora como una posibilidad lejana, pero
muestra el riesgo que supone que los dos países forjen vínculos más
cercanos".
Para la Comisión Europea, cuyo presidente, José
Manuel Durao Barroso, está de visita en Moscú, resolver la grave
situación de Chipre requiere que con "la máxima urgencia se aporte
claridad sobre el camino a seguir" por parte de las autoridades
chipriotas, afirmó hoy el portavoz comunitario de Asuntos Económicos y
Monetarios, Simon O'Connor.
La crisis se desencadenó cuando el
Parlamento chipriota rechazó el acuerdo del pasado fin de semana entre
Chipre, el Eurogrupo y el FMI, que preveía tasar los depósitos,
incluidos los de los pequeños ahorradores, para recaudar 5.800 millones
de euros con los que apoyar el pactado de rescate europeo de 10.000
millones de euros.
Esa desaprobación parlamentaria y popular,
que también ha causado malestar entre los pequeños inversores de toda
Europa por la ruptura de normas que supone gravar los depósitos, y la
incapacidad del Eurogrupo para ofrecer una salida, ha obligado a Chipre a
volver su mirada hacia Moscú en busca de un plan B.
El
ministro de Finanzas chipriota, Mijalis Sarris, ha viajado en busca de
esa ayuda a Rusia, un país con inversores que tienen en los bancos de la
isla depósitos por unos 20.000 millones de dólares (unos 15.500
millones de euros), una quinta parte del total.
Rusia, que ha
protestado y reclamado a Bruselas no haber compartido con ellos el
contenido del pacto del Eurogrupo, podría cubrir los 2.000 millones de
dólares bajo el impacto teórico de ese impuesto único en función del
volumen de los depósitos de sus inversores.
"Rusia podría
asumir la responsabilidad por sacar de la crisis a Chipre. 10.000
millones de euros es una cifra asumible para Rusia y podría examinarse
como una diversificación de nuestras inversiones", declaró Mijaíl
Koroiliuk, jefe de Análisis del grupo inversor ruso "Solid", al portal
financiero Banki.ru.
En su opinión, esa decisión puede ser
adoptada sólo a nivel de presidentes, ya que en conversaciones de menor
rango sólo se puede hablar de un "pequeño apoyo táctico a Chipre,
mediante la suavización de las condiciones de pago de su deuda".
La Unión Europea, según Ruparel, debería de ser muy cuidadosa
respecto a las medidas a tomar y evitar que las relaciones entre Nicosia
y Moscú se estrechen más.
"Si Rusia se ve forzada a ayudar a
Chipre cuando la eurozona no lo hace, ello supondría también un puñetazo
a la "solidaridad" en la moneda única, y también, de manera general, en
las ambiciones políticas de la Unión Europea", opinó el experto, que
recordó cuán a menudo las diferentes negociaciones con Rusia han
dividido a los socios comunitarios.
Por su parte, Natalia
Orlova, economista de Alfabank, el mayor banco privado de Rusia,
consideró en Moscú que lo fundamental ahora es que el Eurogrupo acepte
que Rusia participe en el rescate financiero de Chipre.
Para
la economista rusa Moscú y Bruselas deberían alcanzar una posición común
porque con acuerdos por separado, Chipre podría no ser capaz de
conseguir los fondos que necesita.
Una situación así colocaría
a la isla ante el peor de los escenarios posibles, como sería el
colapso de su sistema bancario, lo que arrastraría a la eurozona a otro
nivel de la crisis que vive desde hace años.
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