Según aseguró, Lavrov le expresó su voluntad
de que se organice una cumbre entre el presidente estadounidense, Barack
Obama, y el ruso, Vladímir Putin, para llegar a un consenso sobre cómo
resolver el conflicto en Siria.
"Me dijo que hay que preparar
primero (la cumbre) con (el secretario de Estado, John) Kerry y Lavrov, y
con un grupo de trabajo que esté en contacto a diario, y que la cumbre
debe suponer el final de las negociaciones", dijo a Efe Manna.
Manna y Rim Turkmani, integrante del movimiento político Construyendo
el Estado Sirio, se reunieron ayer con funcionarios del Departamento de
Estado, a quienes transmitieron esa propuesta.
"Si Estados
Unidos y Rusia no se ponen de acuerdo, la matanza en Siria no va a
parar", señaló Turkmani. "Lo que le pedimos a Obama es: hable con Rusia,
llegue a un acuerdo con Rusia. Lo demás irá después. Irán seguirá a
Rusia", añadió.
Tanto Manna como Turkmani integran
organizaciones que se mantienen al margen de la Coalición Nacional de
Fuerzas de la Revolución y la Oposición Siria (CNFROS), y el primero de
ellos se exilió de su país a mediados de 2010, aunque ha seguido
dirigiendo al resto de miembros de su organización, que sí están en
Siria.
Ambos abogaron por volver al consenso logrado en
Ginebra en junio de 2012, que pedía la formación de un gobierno de
coalición con miembros de la oposición y personas que forman el actual
Ejecutivo, siempre que no tuvieran "las manos manchadas de sangre".
Rusia, socio tradicional de Siria, se ha opuesto desde el principio
del conflicto a una transición en el país árabe dirigida desde el
exterior, y logró que el comunicado final de Ginebra no incluyera una
referencia explícita a la salida del poder de Al Asad, algo que no
convence del todo a Washington.
Los opositores coincidieron en
que "la renuncia del presidente no puede ser una condición previa para
empezar una negociación; tiene que ser un resultado", porque "Siria no
puede esperar más" y Al Asad "tiene un papel que representar en esas
conversaciones", indicó Turkmani.
"El régimen parece decidido a
seguir luchando hasta tener solo dos calles en su poder. Tiene fuerzas
leales que son extremistas, que van a seguir respaldándolo. Si seguimos
confrontándolo, vamos a perder Siria", insistió.
La activista
consideró que en su país hay ya "una guerra sectaria" en la que ya hay
"terceros" países involucrados, sin dar nombres, y que, en unas semanas,
la situación humanitaria "será demasiado catastrófica para que
cualquier cantidad de dinero lo arregle".
Ambos activistas,
desvinculados de la oposición militar, evitaron comentar sobre la
información del régimen de Damasco sobre el presunto uso de armas
químicas por parte de los rebeldes sirios en un ataque en la provincia
de Alepo (norte de Siria).
El conflicto sirio, que comenzó en marzo de 2011, suma ya alrededor de 70.000 muertos, según cifras de Naciones Unidas.
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