Rusia exige a EEUU toda la documentación sobre muerte de niño ruso adoptado

La Cancillería rusa exigió hoy a Estados Unidos la entrega de toda la documentación relativa a la muerte, en enero pasado, del niño ruso Maxim Kuzmin, adoptado por una familia de Texas.

El diplomático subraya que "sólo tras estudiar esos documentos se podrán sacar conclusiones sobre las circunstancias de la muerte del niño y decidir nuestros próximos pasos", según las agencias locales.

"Esperamos que la parte norteamericana cumpla con sus obligaciones al respecto plenamente y sin dilaciones", dijo Dolgov, quien criticó a Washington por no informar a Moscú sobre los resultados del sumario.

Además, calificó de "no definitivas" las conclusiones de la investigación policial realizada por las autoridades de Texas, que dictaminaron hoy que las contusiones y moratones que presentaba el cuerpo del niño se las habría causado él mismo.

Según las agencias rusas, la policía de Texas informó de que, según los resultados preliminares de la investigación, Kuzmin murió accidentalmente debido a un fuerte golpe, propinado por él mismo, al tiempo que negó que hubiera consumido fármacos.

De inmediato, la Embajada de Estados Unidos en Moscú emitió un comunicado en el que afirma que no existen motivos para incoar un proceso penal contra nadie, en alusión a los padres adoptivos, por la muerte del menor.

Mientras, el Defensor del Menor de Rusia, Pável Astájov, que fue quien denunció en su momento la muerte del niño, aseguró hoy en twitter: "Un niño de tres años ha sido víctima de la gran política".

"Los moratones han desaparecido, las medicinas se han disuelto, los padres adoptivos han sido absueltos, las autoridades rechazaron las reclamaciones", dijo.

El pasado 18 de febrero Astájov denunció el presunto asesinato del niño: "Maxim, de tres años, fue golpeado (hasta la muerte) por su madre adoptiva que durante mucho tiempo le daba medicinas psicotrópicas fuertes".

Más tarde, en una entrevista con el canal Kommersant-Online, Astájov se mostró menos categórico con la versión de lo sucedido: "Incluso si no es hallada culpable de causar intencionadamente daño y muerte, dejar a un niño en peligro -ella lo dejó sólo en un patio de juegos y lo había dejado sólo en casa- ya es un crimen en Texas".

El embajador estadounidense, Michael McFaul, ha llamado a Rusia a "acabar con la explotación sensacionalista de tragedias humanas" y rechazó la invitación a comparecer ante la Cámara de diputados rusa para explicar lo ocurrido.

Rusia aprobó en diciembre pasado una ley que prohíbe las adopciones de niños rusos por familias de EEUU, iniciativa que desató fuertes críticas entre los intelectuales y defensores rusos de los derechos humanos.

Según Astájov, 20 niños rusos adoptados han muerto desde 2001 en Estados Unidos, país que ha acogido unos 60.000 menores rusos desde la caída de la URSS en 1991

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