El diplomático subraya que "sólo tras
estudiar esos documentos se podrán sacar conclusiones sobre las
circunstancias de la muerte del niño y decidir nuestros próximos pasos",
según las agencias locales.
"Esperamos que la parte
norteamericana cumpla con sus obligaciones al respecto plenamente y sin
dilaciones", dijo Dolgov, quien criticó a Washington por no informar a
Moscú sobre los resultados del sumario.
Además, calificó de
"no definitivas" las conclusiones de la investigación policial realizada
por las autoridades de Texas, que dictaminaron hoy que las contusiones y
moratones que presentaba el cuerpo del niño se las habría causado él
mismo.
Según las agencias rusas, la policía de Texas informó
de que, según los resultados preliminares de la investigación, Kuzmin
murió accidentalmente debido a un fuerte golpe, propinado por él mismo,
al tiempo que negó que hubiera consumido fármacos.
De
inmediato, la Embajada de Estados Unidos en Moscú emitió un comunicado
en el que afirma que no existen motivos para incoar un proceso penal
contra nadie, en alusión a los padres adoptivos, por la muerte del
menor.
Mientras, el Defensor del Menor de Rusia, Pável
Astájov, que fue quien denunció en su momento la muerte del niño,
aseguró hoy en twitter: "Un niño de tres años ha sido víctima de la gran
política".
"Los moratones han desaparecido, las medicinas se
han disuelto, los padres adoptivos han sido absueltos, las autoridades
rechazaron las reclamaciones", dijo.
El pasado 18 de febrero
Astájov denunció el presunto asesinato del niño: "Maxim, de tres años,
fue golpeado (hasta la muerte) por su madre adoptiva que durante mucho
tiempo le daba medicinas psicotrópicas fuertes".
Más tarde, en
una entrevista con el canal Kommersant-Online, Astájov se mostró menos
categórico con la versión de lo sucedido: "Incluso si no es hallada
culpable de causar intencionadamente daño y muerte, dejar a un niño en
peligro -ella lo dejó sólo en un patio de juegos y lo había dejado sólo
en casa- ya es un crimen en Texas".
El embajador
estadounidense, Michael McFaul, ha llamado a Rusia a "acabar con la
explotación sensacionalista de tragedias humanas" y rechazó la
invitación a comparecer ante la Cámara de diputados rusa para explicar
lo ocurrido.
Rusia aprobó en diciembre pasado una ley que
prohíbe las adopciones de niños rusos por familias de EEUU, iniciativa
que desató fuertes críticas entre los intelectuales y defensores rusos
de los derechos humanos.
Según Astájov, 20 niños rusos
adoptados han muerto desde 2001 en Estados Unidos, país que ha acogido
unos 60.000 menores rusos desde la caída de la URSS en 1991
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