Según el bisemanario "Nóvaya Gazeta", las
personas detenidas por alteración del orden público son dos conocidas
profesoras universitarias y activistas: Yelena Vólkova e Irina Katsuba.
"Nos pusimos capuchas e intentamos depositar flores en el altar. Las
capuchas nos las quitaron de manera muy agresiva. Las flores las
lanzamos sobre la valla del altar, pero se acercó una mujer y nos las
tiró a los pies", dijo Katsuba al diario digital Gazeta.ru.
Las detenidas intentaban depositar ramos de tulipanes para conmemorar la
acción de Pussy Riot, dos de cuyas integrantes cumplen dos años de
prisión.
"Intentaron darnos una lección de reeducación en el
furgón policial: ¿qué hacen ustedes aquí? Y nosotros respondimos:
celebramos el aniversario de un acontecimiento que cambió la vida de
nuestro país", añadió.
Los policías replicaron: "Esto no
cambió la vida del país. Fue en vuestras cabezas donde algo cambió. Esto
nosotros lo curamos en el Instituto Serbski", conocido psiquiátrico
moscovita.
Las dos mujeres precisaron que durante sus carreras
docentes impartieron clases en instituciones y seminarios vinculados
con la Iglesia Ortodoxa Rusa.
Según "Nóvaya Gazeta", la
policía ha acordonado el principal templo ortodoxo del país para
prevenir nuevas acciones en favor de Pussy Riot.
El 21 de
febrero de 2012 cinco jóvenes encapuchadas del grupo Pussy Riot
escenificaron en la catedral durante menos de un minuto la misa punk
que, una vez añadido el sonido y la letra, se convirtió en un gran éxito
mundial en la red Youtube.
La policía detuvo varias semanas
después a tres de esas jóvenes y después de un controvertido juicio
fueron condenadas en agosto a dos años de prisión por "gamberrismo
motivado por odio religioso".
Una de ellas, Yekaterina
Samutsévich, fue puesta después en libertad condicional, mientras María
Aliójina y Nadezhda Tolokónnikova fueron trasladadas a penitenciarías en
Perm (Urales) y la república de Mordovia, respectivamente.
Recientemente, concedieron una entrevista a "Nóvaya Gazeta" en la que
Aliójina confiesa que teme por su vida tras recibir amenazas de muerte
de varias presas que cumplen largas penas por asesinato y tráfico de
drogas.
Ambas jóvenes, que tienen hijos de corta edad,
mantienen su inocencia e insisten en que su acción era política y no
estaba dirigida contra los creyentes ortodoxos.
El presidente
ruso, Vladímir Putin, ha respaldado en varias ocasiones la pena de
cárcel, mientras el primer ministro, Dmitri Medvédev, considera que las
jóvenes ya han pagado con creces su culpa.
La Justicia rusa ha
declarado extremista el vídeo de la plegaria punk, por lo que las
autoridades han intentado bloquear su acceso en todo el territorio
nacional.
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