El diputado ultranacionalista alabó la decisión del pontífice como una muestra de su honestidad.
"Si una persona entiende que es mejor dejar su lugar a otro al tener
en cuenta circunstancias que le impiden cumplir plenamente con sus
obligaciones, eso indica que antepone sus ambiciones personales al
interés común", subrayó Nílov.
En opinión del destacado
teólogo Román Silántiyev, "el papa Benedicto XVI reforzó la Iglesia
católica y mejoró sus relaciones con el Patriarcado de Moscú".
"Su decisión de dejar el cargo merece todos los respetos. Fue un líder
fuerte, y si no fuera por la edad, podría continuar con éxito con su
misión", agregó.
Silántiyev apuntó que Ratzinger asumió el
papado en un momento difícil, "con una Iglesia muy debilitada por su
predecesor", en alusión a Juan Pablo II (1978-2005).
"Juan
Pablo II quería gustar a todo el mundo pero al final hizo un gran daño a
los católicos, ya que alejó de su Iglesia a millones de personas. Con
él empezaron a cerrarse y cambiar de actividad templos católicos en
Europa y se vaciaron seminarios con varios siglos de historia", afirmó.
También destacó el acercamiento entre distintas confesiones
cristianas el jefe de los protestantes rusos y miembro de la Cámara
Pública de Rusia, Serguéi Riájovski.
"Estoy absolutamente
seguro de que Benedicto XVI hizo una aportación especial en el
desarrollo del diálogo entre las confesiones", dijo el jefe de la Unión
Rusa de Evangélicos.
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