Según el fallo, Kvachkov se reunió con
representantes de la oposición para que participaran en diferentes
ciudades del país en una sublevación armada.
El condenado, que
fue declarado mentalmente sano tras un análisis psiquiátrico, fue
detenido en diciembre de 2010 por el Servicio Federal de Seguridad (FSB,
antiguo KGB).
Kvachkov, que fue galardonado en numerosas
ocasiones durante su carrera, se declara inocente y asegura que las
milicias que encabezaba únicamente organizaban ejercicios para estar
preparados en caso de guerra, aunque durante el proceso defendió su
"derecho a la sublevación".
Según la Fiscalía, Kvachkov creó
una estructura armada para hacerse con el poder por medio de la
violencia, primero en una ciudad rusa, donde asaltarían las sedes del
FSB y los ministerios de Interior y Emergencias, y después en la
capital.
Esa estructura integraría a militares y miembros de
las fuerzas de seguridad retirados, expulsados o activos descontentos
con la situación en el país.
El plan consistía en repartir
entre la población civil las armas incautadas y avanzar hacia Moscú a
bordo de tanques y blindados requisados en las guarniciones militares de
la ciudad en cuestión.
Según el código penal ruso, la máxima
pena por rebelión armada es de 20 años de cárcel, pero dado que el
condenado no llevó a feliz término sus planes, el fiscal pidió 14 años
contra Kvachkov.
El coronel retirado había sido detenido por
primera vez en marzo de 2005 por atentar supuestamente contra la vida
del padre de las privatizaciones postsoviéticas, Anatoli Chubais, pero
después fue puesto en libertad.
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