"A bordo se encontraban cinco tripulantes y
quince pasajeros. Según datos preliminares no hay supervivientes",
señaló en un primer momento la línea aérea SCAT, a la que pertenece la
aeronave siniestrada.
Sin embargo, unas horas después del
accidente, que se produjo las 13.13 hora local (07.13), la Fiscalía
General kazaja precisó que a bordo del avión, de fabricación canadiense,
se hallaban veintiuna personas, un pasajero más, extremo que fue
confirmado por la línea aérea.
El presidente de Kazajistán,
Nursultán Nazarbáyev, expresó sus condolencias a los familiares de las
víctimas del accidente aéreo e impartió instrucciones al Gobierno de
prestarles toda la asistencia necesaria.
El birreactor, con
capacidad para hasta 50 pasajeros, cumplía el vuelo regular DV760 entre
las ciudades de Koshketau y Alma Ata y se precipitó a tierra a poco más
de un kilómetros de la pista de aterrizaje.
Según testigos citados por Interfax, el avión no estalló en llamas tras la colisión con tierra.
El lugar del accidente fue acordonado por la policía y las fuerzas de
seguridad, que hasta el momento no han informado del hallazgo de las
"cajas negras" del CRJ-200.
El aparato siniestrado, fabricado en 2000, tenía 25.707 horas de vuelo y había efectuado un total de 22.975 aterrizajes.
Según medios kazajos, el birreactor había sido sometido a su última
reparación de rigor el 26 de junio de 2011 y contaba con una
certificación de vuelo válida hasta el 20 de septiembre del año en
curso.
El accidente no interrumpió el funcionamiento del
aeropuerto de Alma Ata, informó desde el lugar de los hecho la agencia
oficial rusa RIA-Nóvosti.
La línea aérea SCAT no adelantó posibles causas de la tragedia, que se harán públicas una vez que concluya la investigación.
La Fiscalía General, por su parte incoó un proceso penal por
presuntas violaciones a las normas de vuelo y de explotación de naves
aérea, trámite de rigor cuando se producen este tipo de accidentes.
Por orden del primer ministro kazajo, Serik Ajmétov, fue creada una
comisión gubernamental para supervisar la investigación del accidente,
que encabezó el viceprimer ministro y titular de Desarrollo Regional,
Bakytzhán Saguintáyev.
El de hoy es el segundo desastre aéreo
en el territorio de Kazajistán en poco más de un mes: el 25 de diciembre
pasado un avión An-72 de la Guardia Fronteriza kazaja se estrelló a 20
kilómetros del aeropuerto de Shimkent, su lugar de destino.
En
ese accidente murieron todos los ocupantes del An-72: sus siete
tripulantes y 20 militares, entre ellos Targanbak Stambekov, comandante
en jefe en funciones de la Guardia Fronteriza, servicio dependiente del
Comité de Seguridad Nacional de Kazajistán.
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