La policía, que durante las detenciones se
incautó de dos pistolas traumáticas y un arma blanca, ha incoado
procesos administrativos contra más de una veintena de manifestantes.
Los organizadores de la manifestación, una de las muchas acciones de
protesta de las últimas semanas, mantienen que el asesinato fue cometido
por motivos de odio étnico, lo que niegan los investigadores.
El pasado 22 de diciembre otras 37 personas ya fueron detenidas por las
fuerzas de orden público en otra protesta que tampoco había recibido
autorización oficial.
El presunto asesino, Visjan Akáev, que
se dio a la fuga tras asesinar a un hombre de 25 años al asestarle
varias puñaladas, se encuentra en búsqueda y captura.
Stávropol es habitual escenario de enfrentamientos entre representantes
de la mayoría rusa y de la minoría procedente del Cáucaso Norte, a la
que los primeros acusan de ser culpable del aumento de la delincuencia y
del tráfico de drogas.
El gobernador de la región vecina de
Krasnodar propuso el pasado año limitar la llegada de inmigrantes
procedentes del Cáucaso, a los que criticó por empecinarse en mantener a
toda costa sus tradiciones, sin adaptarse a los costumbres locales.
Esta propuesta le valió duras críticas de los defensores de los
derechos humanos, que le acusaron de llamar a desobedecer la
Constitución
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