El encuentro se convocó tras la muerte a
mediados de este mes del padrino de la mafia rusa, Aslán Usoyán, alias
"Ded Hasán" (abuelo Hasán), que fue asesinado por un francotirador en
pleno centro de Moscú, lo que dejó un vacío de poder en el crimen
organizado.
Al respecto, agregó, los mafiosos "tenían
intención de discutir los planes de futuro tras el reciente asesinato
del jefe del clan, Usoyán, y coordinar el trabajo de los grupos
criminales organizados subordinados al clan de Tariel Oniani".
La mafiosos fueron detenidos en una operación especial de la policía
moscovita en un exclusivo restaurante en la localidad de Nikolina Gora.
Las autoridades rusas creen que el asesinato de Hasán fue una
vendetta entre clanes mafiosos durante una sangrienta pugna por el
control de los negocios del padrino, cuyas principales fuentes de
ingresos eran el narcotráfico, las armas, la extracción de recursos
minerales y el juego ilegal.
Precisamente, el entorno de Hasán
siempre sospechó que el asesinato en 2010 de uno de sus aliados más
fieles, Viacheslav Ivankov, alias "Yapónchik" ("el Japonesito"), fue
encargado por Oniani.
Oniani, alias "Taro", que cumple una
condena de cárcel y es reclamado por las autoridades españolas dentro de
la operación Avispa, es el líder del llamado clan mafioso de Kutaísi
(ciudad georgiana).
La diputada oficialista Irina Yarovaya,
jefa del comité de Seguridad y Lucha contra la Corrupción de la Duma
(cámara baja del Parlamento), se apresuró a descartar que la muerte
violenta de Hasán suponga un retorno a los sangrientos ajustes de
cuentas que sacudieron este país tras la caída de la URSS, en 1991.
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