El jefe de la diplomacia rusa indicó que esta
voluntad se basa en el supuesto de que la interacción con Estados
Unidos se debe ajustar a los principios de igualdad, respeto mutuo y no
intromisión en los asuntos internos.
Reiteró que las
relaciones entre Moscú y Washington "no están en su mejor estado" y
mencionó entre los factores irritantes la creación por EEUU del escudo
antimisiles y su reciente ley que sanciona a funcionarios rusos
implicados en violaciones de los derechos humanos y que es conocida como
el "Acta Magnitski".
A esa ley, Rusia replicó con la
prohibición de la adopciones de niños rusos por familias estadounidenses
y la denuncia del acuerdo bilateral con EEUU sobre esa materia.
Lavrov calificó de "indignante" la reciente decisión de un tribunal
estadounidense de imponerle a Rusia una multa de 50.000 dólares diarios
por no devolver una colección de antiguos libros hebreos de la llamada
Colección Schneerson, y aseguró que tampoco se quedará sin respuesta.
Sobre el conflicto en Siria el jefe de la diplomacia rusa subrayó que
el gran obstáculo para avanzar hacia una solución es "la obsesión de
los opositores con la idea de derrocar a Bachar al Asad", el presidente
sirio.
Agregó que mientras prevalezca "esa postura
intransigente, no habrá nada de bueno, el conflicto armado proseguirá y
habrá más muertes".
El ministro de Exteriores apuntó que
algunos miembros del Grupo de Acción para Siria, que incluye entre otros
a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU
(Rusia, China, EEUU, Francia y Gran Bretaña), apoyan la lucha armada de
la oposición contra las autoridades de este país.
"La
coalición opositora declaró como su objetivo el derrocamiento del
régimen (de Al Asad) y de sus instituciones, lo que contradice
abiertamente a los acuerdos de Ginebra, que señalan claramente que las
instituciones estatales deben ser conservadas", dijo.
Lamentó
que sólo Rusia y China se esfuerzan para sentar a las partes en
conflicto a la mesa de negociaciones, mientras que Occidente no
contribuye, según Lavrov, al proceso de paz.
Reiteró que el
destino de Al Asad no es una prioridad para Moscú, que según el ministro
persigue poner fin al baño de sangre en el país árabe.
En
relación a la situación en Siria, Lavrov destacó que la presencia de la
Armada rusa en el Mediterráneo oriental es un factor de estabilidad.
Lavrov manifestó su sorpresa acerca de la discusión que ha surgido en
torno a la sede de la próxima ronda de negociación entre Irán y el
Grupo mediador 5+1, formado por los países miembros permanente del
Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania.
Subrayó que el asunto de la sede es algo secundario, aunque agregó estar seguro de que "la ronda tendrá lugar".
"No entendemos muy bien para qué hay que discutir de manera acalorada
sobre el lugar del encuentro. Pero debe ser que alguien del sexteto o
Irán tiene su propia opinión al respecto. Es una pena que este tema
alargue el proceso", dijo Lavrov.
El ministro de Exteriores
indicó que Rusia está cerrando la estación de radar de Gabalá, que
alquilaba al vecino Azerbaiyán, por no haber llegado a un acuerdo sobre
el monto del contrato de arrendamiento.
"El tema está
definitivamente cerrado. Estábamos dispuestos a lograr un acuerdo, pero
nuestros amigos azerbaiyanos decidieron no ceder en el precio", subrayó.
Azerbaiyán, según medios rusos, fue subiendo gradualmente el precio
del alquiler según avanzaban las negociaciones desde los actuales 7
millones de dólares anuales hasta los 300 millones.
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