Filin agregó que el director le respondió que
este trabajo "es así, duro" y añadió que él mismo trabaja desde hace
doce años en la primera línea y que "hay que armarse de valor y
encontrar fuerzas para no reaccionar ante las amenazas".
"Lo
ocurrido lo vinculo a mi trabajo. De lo único que me culpo es de haberlo
tomado a la ligera: tenía que haber informado de inmediato, antes del
Año Nuevo, a todos los medios de que continuaban llegando las amenazas",
dijo.
El director de ballet reconoció que "suscita
animadversión en alguna persona" y que "tarde o temprano, esta agresión
debía traducirse en acciones concretas".
"Pero, créame, nunca pude imaginar que esta historia de amenazas terminaría así", agregó.
Filin, de 42 años, fue sometido hoy exitosamente a una operación de
cirugía estética y mañana será objeto de una nueva intervención en los
ojos, según el departamento de Sanidad del Ayuntamiento de la capital
rusa.
Recordó que al arrojarle el ácido desde el lado derecho
su ojo derecho quedó "más dañado" y "habrá que tratarlo mucho más
tiempo". Y agregó que le han prometido "que el ojo izquierdo se salva.
No pierdo el ánimo. A veces, consigo ver todos los dedos de mi mano.
Esto me infunde optimismo y esperanza".
Además, subrayó:
"Seguiré siendo la misma persona que durante los anteriores 42 años.
Incluso si se producen graves cambios en mi aspecto físico. Esto no me
asusta en absoluto"
"Lo principal para mí es que pueda pensar y continuar trabajando, mi familia y mis hijos", señaló el director de ballet.
Filin, que está en permanente contacto con el teatro, fue operado el
viernes, el mismo día en el que un desconocido le roció, según los
análisis preliminares, ácido sulfúrico en el rostro.
La
polémica y los escándalos persiguen al Teatro Bolshói, la estrella de la
ópera y el ballet rusos cuyo legendario escenario reabrió en octubre de
2011 tras casi seis años de cierre por obras, marcadas por los
retrasos, las acusaciones de corrupción y los conflictos urbanísticos.
Meses antes de la reapertura, el director de la compañía de
bailarines del teatro desde 2003, Guennadi Yanin, renunció a su cargo
tras la publicación en internet de unas fotos eróticas supuestamente
protagonizadas por él.
Entonces, la prensa rusa informó de que
Yanin había sido víctima de una montaje, cuyo objetivo era evitar que
asumiera el puesto de director artístico, para el que era el principal
candidato.
Días después, el 18 de marzo de 2011, Filin, que
había sido bailarín del Bolshói durante 20 años, era nombrado director
del ballet del teatro.
El director musical y de orquesta,
Alexandr Vedérnikov, también dimitió en julio de 2009 por desavenencias
con la administración del teatro.
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