Rusia ha ampliado hasta 60 el número de
ciudadanos de EEUU a los que se les prohíbe entrar y tener activos en
territorio ruso en respuesta a la reciente aprobación por Washington del
"Acta Magnitski" que contempla las mismas medidas contra funcionarios
rusos.
"En esa lista negra en diciembre figuraban once
personas, ahora ya son sesenta", afirmó hoy Alexéi Pushkov, presidente
del Comité de Asuntos Internacionales de la Duma o cámara de diputados,
citado por la agencia Interfax.
Precisó que las once personas
inscritas al principio en dicha lista eran funcionarios de la
Administración del expresidente George Bush, algunos de ellos con rango
de ministros, y que todos están implicados en violaciones de los
derechos humanos.
En particular, apuntó que estaban implicados
en las torturas de presos en Guantánamo y otras prisiones secretas de
la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de EEUU.
Pushkov explicó que los nuevos integrantes de la lista pueden dividirse en tres "categorías".
La primera, explicó, "son jueces, investigadores y empleados del
Ministerio de Justicia de EEUU y agentes de servicios especiales (...)
que estaban detrás de la persecución judicial de los ciudadanos rusos
Víctor But y Konstantín Yaroshenko".
But, conocido como el
"Mercader de la Muerte" fue sentenciado a 25 años de cárcel por un
tribunal de Nueva York, mientras el piloto ruso Yaroshenko fue condenado
a 20 años de prisión por participar en el tráfico de drogas entre
América Latina y África, y desde ese continente, a EEUU y Europa.
La segunda categoría, según Pushkov, son los congresistas
estadounidenses que idearon la llamada "Acta Magnitski", lista negra de
los funcionarios rusos implicados en la muerte en prisión preventiva del
abogado Serguéi Magnitski, quien denunció la corrupción policial.
La tercera son los padres norteamericanos "culpables de tortura y
muerte de niños huérfanos rusos, los jueces que pronunciaron veredictos
inadecuados al respecto y los psiquiatras que aseguraban que las
deformaciones físicas congénitas de esos niños (...) fueron la causa de
su muerte".
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, promulgó
el pasado 28 de diciembre la ley que prohíbe las adopciones de niños
rusos por familias de Estados Unidos.
La ley, que suspende
también las actividades de las organizaciones que tramitan las
adopciones con EEUU pese a que existe desde julio pasado un acuerdo
bilateral con este país, entró en vigor el 1 de enero de 2013.
La decisión fue duramente criticada tanto por varios miembros del
Gobierno como por numerosos activistas de los derechos humanos quienes
afirman que el destino de niños huérfanos "sirvió de moneda de cambio"
en un ajuste de cuentas entre ambos países.
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