El Gobierno ruso estudia qué hacer con el
legendario buque Aurora, cuyo cañonazo dio comienzo el 25 de octubre de
1917 al asalto del Palacio Real de San Petersburgo y, por consiguiente, a
la Revolución Bolchevique.
"Estoy convencido de que el buque
morirá sin tripulantes militares y que los funcionarios de museos no
están en condiciones de conservar un crucero tan grande", dijo hoy el
senador ruso Vadim Tiulpánov a la agencia oficial RIA-Nóvosti.
Tiulpánov explicó que el nuevo ministro ruso de Defensa, Serguéi
Shoigu, y el gobernador de San Petersburgo, Gueorgui Poltávchenko,
"celebraron una reunión en la que se decidió crear un grupo de trabajo"
para valorar el estado técnico y el futuro del barco.
El grupo
de trabajo estará encabezado por el jefe de la Armada rusa, Víctor
Chirkov, quien debe presentar propuestas para el mantenimiento del
histórico buque, que sufre muchos deterioros debido al paso del tiempo y
las duras condiciones climatológicas en el río Neva.
"Espero
que el crucero regrese al seno de la Flota Rusa y que retorne su
tripulación militar. Considero que no es necesario instalar nuevos
motores y hélices, como proponen algunos, pero el crucero debe
permanecer en el mar y seguir siendo un símbolo de San Petersburgo",
apuntó.
En diciembre de 2010 el destituido ministro de Defensa
Anatoli Serdiukov decidió entregar el Aurora al Museo de la Armada, lo
que fue muy criticado por muchos militares y habitantes de la antigua
capital imperial.
Varios diputados de la ciudad se dirigieron a
la Armada en junio del pasado año para que impidiera la retirada de la
tripulación militar del buque, pero ésta se llevó a cabo en octubre
pasado.
El Aurora, que combatió en el conflicto bélico
ruso-japonés (1904-1905), operó en el mar Báltico durante la I Guerra
Mundial (1914-1919) y resultó gravemente dañado en la segunda contienda
mundial (1939-1945), durante la defensa de Leningrado.
Desde
la década de los 50 del siglo XX, es un buque-museo amarrado al malecón
del río Neva y uno de los destinos favoritos de los turistas que visitan
la antigua capital imperial.
El buque -de 123,7 metros de eslora y 16,8 metros de manga- fue botado en 1900 y estuvo en servicio hasta 1948.
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