La embajada de Holanda en Moscú negó hoy que
el opositor ruso, Alexandr Dolmátov, se suicidara ayer en un centro de
refugiados de Amsterdam por el rechazo a su petición de asilo político.
"Se encontró una carta a su madre. Es una carta personal y no podemos
revelar sus detalles. Pero podemos decir que es evidente que el motivo
del suicidio no responde a la negativa a concederle el asilo político",
aseguró un diplomático holandés a las agencias locales.
El
diplomático aseguró que los médicos y la policía holandesa han
confirmado que el opositor, perseguido por la Justicia rusa por desacato
a la policía durante la multitudinaria manifestación antigubernamental
del pasado 6 de mayo, se quitó la vida.
"Las autoridades de
Holanda están consternadas por las noticias de la muerte de Dolmátov.
Ésta es una tragedia enorme. Comprendemos la reacción de descontento que
hemos recibido por parte de ciudadanos rusos", dijo.
Mientras, el abogado del opositor, Yevgueni Arjípov, aseguró tener
"serias dudas sobre la autenticidad de la carta", que tachó de "penoso
intento de corrección política por parte de las autoridades holandesas".
"En primer lugar, las autoridades holandesas deben responder a la
pregunta de por qué denegaron a Sasha (Alexandr) la concesión del asilo
político y por qué no informaron a sus abogados de que ya se había
intentado suicidar dos veces", señaló.
Además, denunció que
las autoridades holandesas encerraron a Dolmátov en un centro de
internamiento junto a personas de países del tercer mundo que buscan
refugio y criminales.
El historiador Eduard Limónov, líder del
movimiento opositor La Otra Rusia, al que pertenecía Dolmátov, culpó
directamente a las autoridades rusas y holandeses de la muerte del
activista ruso.
"No descartamos acciones judiciales. El que lo
envió allí y se disponía a su deportación ilegal debe responder. Yo
trazaría un paralelismo entre la trágica muerte de (el abogado Serguéi)
Magnitski en una cárcel rusa y la trágica muerte de Dolmátov en una
prisión holandesa", dijo.
Además, añadió: "En este caso está
claro que ambas partes son culpables. En Rusia sufrió presiones,
registros y amenazas. Al fin y al cabo, se trataba de un profesional
cualificado que no estaba acostumbrado a afrontar situaciones tan
horribles".
Mientras, el jefe del Consejo Presidencial de
Rusia para los Derechos Humanos, Mijaíl Fedótov, calificó de
"monstruosa" la muerte de Dolmátov.
Dolmátov, especialista en
una empresa de la industria de defensa detenido el 6 de mayo durante una
manifestación autorizada en el centro de Moscú, abandonó el país en
junio después de que su vivienda fuera registrada.
"Estaba
deprimido. Fue obligado a marcharse de Rusia. Dolmátov era un activo
participante en las acciones de protesta entre las elecciones
parlamentarias y presidenciales", declaró la víspera Alexandr Averin,
uno de los líderes de La Otra Rusia.
En noviembre pasado el
opositor Maxim Luzianin fue condenado a cuatro años y medio de cárcel
por enfrentarse a la policía durante dicha manifestación en la plaza
Bolótnaya, que se celebró en víspera de la investidura de Vladímir Putin
como presidente ruso.
En esos enfrentamientos violentos, en
los que cerca de medio millar de personas fueron detenidas, una
treintena de manifestantes y otro tanto de policías resultaron heridos.
En total, el Comité de Instrucción ha incoado procesos penales contra
18 manifestantes, lo que la oposición y los defensores de los derechos
humanos consideran un proceso políticamente motivado.
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