Poco menos de un año antes de la victoria soviética en la Segunda Guerra Mundial, Stalin decidió deportar a los tártaros de Crimea por considerarlos traidores. Cerca de 200.000 personas fueron trasportadas forzosamente a varios lugares de Asia Central y Siberia. Ese año fallecieron alrededor de 30.000, según cifras de varios historiadores.
Este pueblo de origen turco se asentó en la península durante la Edad Media, tras la invasión mongola. En 2014 la mayoría de los tártaros se opuso a la integración de Crimea a Rusia.
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