Yuri ha sido bautizado como “el hobbit ruso” en internet. Vivía en Moscú y trabajaba como abogado hasta que hace cinco años se mudó a un bosque cerca de la carretera de Yaroslavl (a 100 km de Moscú). Ahora este antiguo habitante de la gran ciudad vive en verano en un tipi fabricado por él mismo y en invierno en una barraca parecida a una madriguera de conejo o a uno de los agujeros en los que viven los hobbits.
/ Pavel Volkov
La razón por la que Yuri se mudó al bosque fue que estaba cansado de los problemas de la ciudad. “Cuando vives en la ciudad debes pensar constantemente en el día de mañana. No puedes cometer un solo fallo, porque puede ser irreparable. Aquí nada de eso tiene sentido”, explica Yuri al canal AJ+.
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Yuri no escogió al azar establecerse en un lugar cerca de la carretera. “Ahora no seré yo el que pase junto a las cosas, sino que será todo lo demás lo que pase junto a mí. Yo me quedaré sentado, ya puede moverse el mundo entero”, citan periodistas y bloggers las palabras de Yuri. Además, el hecho de vivir cerca de la carretera hace que sea más fácil para Yuri dedicarse al BookCrossing y al CouchSurfing.
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Para cocinar y para sus necesidades diarias Yuri toma el agua de un arroyo del bosque que hay cerca de su cabaña. En invierno rompe el hielo con un hacha.
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El ermitaño prepara su comida en una cocina fabricada por él mismo. Para poder ver mientras cocina se ayuda de dos linternas: una la lleva en la frente y otra cuelga del techo.
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Yuri vive con un conejo blanco llamado Petrusha que responde a su nombre y acompaña a su amo a todas partes. Al conejo le encantan los plátanos y las gachas.
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A Yuri le gustan los guisantes, que prepara al horno, como cualquier otro plato.
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Los libros que guarda Yuri en su cabaña están registrados en la Biblioteca mundial de BookCrossing. “La gente viene, coge libros y trae los suyos, de este modo continuamos con el intercambio mundial”, explica el protagonista de nuestra historia.
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En invierno Yuri enciende la chimenea cada día para mantener una temperatura apropiada en su cabaña.
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En el tejado tiene instalados paneles solares y la electricidad recogida se almacena en baterías. Yuri puede leer, utilizar su ordenador y navegar por internet.
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Para la calefacción, la cocina y el baño, Yuri utiliza leña del bosque. Tala los árboles con una motosierra.
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Prepara leña para varios días cortándola con un hacha.
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Hace poco Yuri construyó una bania para su casa.
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En invierno, después de la bania sale a correr a la calle y se da friegas con nieve, en ocasiones acaba totalmente enterrado.
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Ni siquiera una tempestad puede impedir esta tradición.
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