Anastasía y María, dos jóvenes rusas en América Latina

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Retrato de dos chicas rusas que viven en Perú y Argentina. Anastasía juega al tenis en Perú mientras que María es una emprendedora del turismo.

Anastasía Iamachkine, tenista

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Anastasía Iamachkine nació en Lima. Su padre trabajaba en la embajada rusa y su madre era una bailarina que estaba de gira por Latinoamérica. Se conocieron en la ciudad peruana de Trujilio y decidieron quedarse a vivir en Perú. Anastasía empezó a jugar a tenis a los cinco años. Y ahora, que tiene 17, ocupa el 94º lugar en el ranking mundial de las mejores jugadoras femeninas menores de 18 años.

“Voy a clases de tenis desde los cinco años. Es allí donde aprendí a hablar en español”, cuenta Anastasía a RTBH. A pesar de ser tan joven ya ha viajado por numerosos países de América Latina, Europa y también ha estado en EE UU.

En estos momentos Anastasía se encuentra en Brasil, donde participa en el Junior Fed Cup. El último año apenas estuvo en Perú, viaja todo el tiempo y participa en torneos nacionales e internacionales. El equipo peruano logró el 9° puesto en la final del mundial juvenil que se celebró en octubre de 2016 en Budapest.

“En el futuro planeo seguir jugando al tenis y si tengo suerte también ser una tenista profesional. Los próximos dos años quiero viajar y participar en torneos y competiciones internacionales. Luego pienso en estudiar en los Estados Unidos, todavía no he elegido en qué universidad, pero pienso que en California, allí estudia mi hermano que también juega tenis y por eso tiene una beca”.

Anastasía domina perfectamente dos idiomas, el español y el ruso, aunque nunca ha estudiado en un colegio peruano. Iba al colegio ruso de la embajada, donde estudió diez años.

Aunque es rusa, Anastasía cuenta que no planea vivir en Rusia: “Estuve en Moscú y me gustó, pero prefiero vivir en Perú, mi familia, mis amigos, todos están acá”.

María Gúrova , emprendedora

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María Gúrova no había planeado mudarse ni a Argentina ni a ningún otro país. Aunque siempre le interesó conocer otros lugares y enfrentarse al reto de lo que es capaz. Antes de mudarse vivía en Moscú y tenía un exitoso negocio de eventos empresariales que atraía a buenos clientes. En Rusia tenía a su familia y gran cantidad de amigos, en pocas palabras, tenía de todo, excepto un clima soleado.

En Moscú el trabajo le ocupaba casi todo su tiempo y eso le parecía correcto. “Creo que en Argentina la ética del trabajo es más ‘simple’, digamos. Es solo una parte de la vida y no siempre la más importante”, comenta María.

María visitó Argentina por primera vez en 2009, en un viaje con amigos. Entonces apenas sabía nada ni sobre el país ni América Latina. La decisión de mudarse fue espontánea. “Argentina me asombro con su belleza y su energía especial. Me encanta la cultura, las personas, que son muy abiertas, amables y benevolentes. La naturaleza aquí es increíble y asombra con su belleza”.

Antes de que Argentina se convirtiera en su segunda casa, María visitó este país unas diez veces. Durante una época combinó sus obligaciones laborales en Moscú con los viajes. Ahora vive en Buenos Aires y es la jefa de una agencia de viajes y turismo, PAM Travel, que realiza tours no solo en Argentina sino que también en Chile, Perú, Bolivia y Uruguay.

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