Rosneft Brasil, filial de la mayor petrolera de Rusia, Rosneft, anunció el 17 de febrero el inicio de la perforación de su primer pozo en Brasil. El proyecto se llevará a cabo de forma conjunta con la petrolera estadounidense Schlumberger y la brasileña Queiroz Galvao Oleo e Gas (QGOG). Anteriormente Schlumberger, especializada en ofrecer servicios petrolíferos, ha trabajado con Rosneft en Rusia, aunque la empresa comenzó a disminuir su operación en el mercado ruso en 2014, cuando el gobierno de EE UU introdujo sanciones sectoriales contra Rusia.
Para Rosneft, el objetivo del proyecto en Brasil no es extraer petróleo, sino reforzar su relación con la empresa estadounidense Schlumberger e intentar conseguir nuevas tecnologías para la extracción de gas y petróleo en condiciones naturales complejas, opina el analista jefe del Fondo de Seguridad Energética Nacional, Ígor Yushkov.
“Rosneft está interesada en tener competencias en el desarrollo de yacimientos de alta complejidad como las plataformas en aguas profundas”, declara Yushkov a RBTH. Este tipo de tecnologías podrán utilizarse en el desarrollo de las plataformas del Mar Negro y el Ártico, añade el experto.El proyecto es beneficioso para ambas partes, comenta a RBTH el analista de VTB 24, Oleg Dushin. Según el experto, Rosneft obtiene el estatus de operador en Brasil y, por tanto, tendrá más posibilidades de participar en concursos públicos para comprar nuevas superficies petrolíferas en la plataforma marina del país Además, esta operación le permite posicionarse para adquirir activos de Petrobras, la empresa estatal brasileña que está vendiendo activos para reducir su deuda. Schlumberger, por su parte, consigue la posibilidad de trabajar en un nuevo proyecto global como operador. “Brasil obtiene un nuevo operador que le ayudará a desarrollar las zonas de difícil acceso del curso superior del Amazonas”, señala Dushin.
Pese a las circunstancias políticas actuales, las empresas rusas pueden seguir trabajando con empresas extranjeras en la plataforma de otros países, aclara Yushkov. En otoño de 2014 las empresas occidentales congelaron su participación en los proyectos rusos debido a las sanciones relacionadas con los acontecimientos en Ucrania. Debido a ello, Statoil, Eni y ExxonMobil rechazaron proyectos para el desarrollo de la plataforma del Ártico junto con Rusia.
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