Rusia y Estados Unidos se mostraron incapaces de tender puentes entre ellos para salvar la brecha que les separa y en la que se están ahondando y enquistando la guerra civil siria y las protestas ucranianas.
Las diferencias entre las dos potencias, su inmovilismo y los reproches mutuos dominaron la sesión clave de la Conferencia de Seguridad de Múnich (MSC), el denominado "Davos de la Defensa", que congrega a los principales protagonistas de la política exterior y la seguridad desde ayer y hasta mañana para debatir estos temas.
Ni siquiera los múltiples encuentros bilaterales previos -entre ellos un cara a cara entre el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, y el ministro de Exteriores ruso, Sergéi Lavrov- sirvieron para desatascar mínimamente el bloqueo general en los asuntos más candentes de la agenda internacional.
Kerry instó a Moscú a que le exija también al presidente sirio, Bachar al Asad, que "deje de lado las excusas" y "cumpla con los compromisos y los plazos a los que se comprometió" con el fin de permitir a la comunidad internacional la destrucción de su arsenal químico.
Lavrov, por su parte, ignoró este asunto y en una intervención separada dedicó una especial atención al "gran peligro" que suponen los elementos islamistas que operan entre los rebeldes sirios y aseguró que Siria se ha convertido en un "paraíso para terroristas".
"Nadie sabe qué va a pasar cuando regresen a sus países de origen" los islamistas que se han formado como terroristas en Siria, argumentó Lavrov, que recordó los atentados cometidos los pasados 29 y 30 de diciembre en la ciudad rusa de Volgogrado, en los que murieron más de 30 personas y cerca de 90 resultaron heridas.
Con respecto a las negociaciones entre el gobierno sirio y la oposición, que en su primera ronda concluyeron ayer en Ginebra y que probablemente se retomen el próximo 10 de febrero, Lavrov se mostró moderadamente optimista y apostó por "consolidar" los primeros avances, que tildó de "modestos".
Su valoración contrasta claramente con las del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que intervino también hoy en el MSC, y con la de su representante especial para Siria, Lajdar Brahimi, que aseguró en este mismo foro que "en cierto modo" la comunidad internacional ha "fracasado" con las negociaciones.
Brahimi concedió que por el momento no se ha logrado "nada", ni siquiera en el ámbito humanitario, donde él tenía puestas sus esperanzas, y ni siquiera es seguro que las partes retomen las negociaciones.
Sobre Ucrania, Kerry -que se reunió con los dos líderes opositores del país- subrayó que "no hay ningún país más decisivo para el futuro de Europa" que este y dejó claro que EEUU apoya a los "valientes" manifestantes y a la "mayoría de ucranianos", que quieren "vivir en libertad" en un "país democrático".
Lavrov atacó en este punto a Occidente, al que acusó de no haber condenado en ningún momento a los manifestantes proeuropeos, que "toman ministerios" y "atacan con violencia a la policía", porque comparten su objetivo de acercar Ucrania a la Unión Europea (UE).
Las protestas en Kiev comenzaron de hecho el pasado noviembre, cuando de forma sorpresiva el presidente ucraniano, Víktor Yanukóvich, decidió no firmar un acuerdo de asociación con la UE.
Los dos políticos reivindicaron el derecho de los ucranianos a decidir su futuro en libertad y se acusaron mutuamente de coacción para perseguir sus propios intereses.
Kerry reconoció que las diferencias entre Occidente y Rusia están bloqueando la solución de los conflictos en Siria y Ucrania, y abogó por actuar conjuntamente.
"Es la agonía del momento. Ninguno de los problemas de los que estamos hablando es irresoluble", resumió Kerry, que agregó que "falta voluntad" y "liderazgo común" para poner fin a estas crisis, señalando veladamente hacia Moscú.
En lo único que Kerry y Lavrov coincidieron en la 50 edición de la MSC fue en su creencia de que en la actualidad ningún país, ni EEUU ni Rusia, puede en solitario imponer sus soluciones en Siria o Ucrania.
La clave es alcanzar un acuerdo común, pero ninguna de las dos potencias está dispuesta a ceder.
"Seguimos abiertos al diálogo", indicó en un momento de su intervención Lavrov, para añadir: "Pero no vemos cambios en la otra parte".
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