Rusia y Japón continuarán hoy aquí el diálogo con vista a eliminar diferencias para firmar un tratado de paz pendiente desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, que mantiene técnicamente a ambas partes en estado de beligerancia. El vicecanciller ruso Igor Morgulov y su par japonés Shinsuke Sugiyama iniciaron la víspera la segunda ronda de unas pláticas sobre el tema, interrumpidas desde hacía 20 meses.
Un comunicado de la cartera rusa de Asuntos Exteriores confirmó que el primer día de conversaciones estuvo centrado en los aspectos históricos del problema.
El asunto de las islas Kuriles del sur, denominación de Rusia, y de Iturup, Kunashir, Shikotán y Habomai ("territorios del norte", según Japón), es el principal obstáculo para la completa normalización de los vínculos bilaterales y la rúbrica del armisticio pendiente desde 1945.
Serguei Lavrov, canciller ruso, debatió en septiembre último en Moscú el tema en profundidad con su colega nipón, Fumio Kishida, y explicó durante una rueda de prensa conjunta que el presidente Vladimir Putin y el primer ministro del país asiático, Shinzo Abe, indicaron conciliar ese documento.
Sin embargo, dijo Lavrov a renglón seguido, que el asunto podrá zanjarse solo después que Tokio admita las realidades históricas, y la Carta de la ONU, en alusión a los resultados de la Segunda Guerra Mundial, y la derrota del entonces Japón fascista frente a la Unión Soviética.
Como resultado de esa contienda, las cuatro islas del Archipiélago de Kuriles, cerca de Sajalín, pasaron a soberanía de la extinta Unión Soviética (y luego a Rusia como su heredera).
El avance imperial de Rusia y Japón chocó a mediados del siglo XIX en esas islas, y en 1855, mediante el Tratado de Shimoda, las partes establecieron relaciones y delimitaron las fronteras entre las ínsulas de Iturup Y Urup.
Dos décadas después, en el Tratado de San Petersburgo, Rusia cedió todas las Kuriles a la soberanía japonesa a cambio de que Japón renunciara a sus derechos sobre Sajalín.
En 1905, la guerra ruso-japonesa concluyó con la victoria del Imperio del Sol Naciente, que, sobre la base del Tratado de Portsmounth, obligó a Rusia a entregarle la parte sur de Sajalín.
Al final de la Segunda Guerra Mundial, en 1945, la victoriosa Unión Soviética ocupó Sajalín y las kuriles, incluidas las cuatro islas sureñas de Habomai, Shikotán, Kunashir e Iturup.
Como nación derrotada en esa contienda, Japón firmó en 1951 el Tratado de Paz de San Francisco y renunció a las reclamaciones sobre las islas Kuriles, en ausencia de la Unión Soviética, que no asistió a la rúbrica.
En 1956, la Unión Soviética y Japón rubricaron una declaración conjunta que puso fin de forma oficial a las acciones bélicas entre Moscú y Tokio, y el Kremlin aceptó traspasar a la contraparte Shikotán y Habomai, después que sea firmado el tratado de paz. Pero el gobierno japonés reclamó la entrega de las cuatro islas, y el acuerdo desde entonces sigue pendiente.
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Publicado originalmente en Prensa Latina
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