Vitali Churkin, representante permanente de Rusia en la ONU.
EPA / Vostock-photoVitali Churkin, representante permanente de Rusia en la ONU, declaró en una entrevista a la agencia TASS que los países occidentales miembros del Consejo de Seguridad de la OTAN han vetado un proyecto de resolución que pretendía garantizar la representación de todas las partes de la sociedad siria en la ronda de negociaciones previstas para el próximo 11 de abril.
Churkin mostró su asombro porque la iniciativa rusa no fuera comprendida en el Consejo de Seguridad y subrayó que “todos los segmentos de la sociedad siria” deben participar en el proceso político. Añadió que la postura de los países occidentales “contradice las resoluciones del Consejo de Seguridad acerca de la inclusión en el proceso político en Siria”.
Según el diplomático ruso, el desencuentro entre Rusia y los países occidentales se debe al hecho que la primera está preocupada porque los kurdos sirios no han contado con una delegación independiente que los representase en las negociaciones de Ginebra.
El ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, declaró anteriormente que Rusia “insistirá con fuerza” para que los kurdos participen en la resolución política de la crisis. Por su parte, el gobierno turco, que considera terroristas a varias organizaciones kurdas, se opone a esta participación.
A pesar de que los kurdos del país árabe declararon en marzo la federalización de Siria y la creación de su propia región autónoma en el norte, ni el presidente al Asad ni los representantes de la oposición la reconocen.
Vladímir Ajmédov, del Instituto de Estudios de Oriente Próximo, explica por qué es tan importante para Rusia que los kurdos estén representados en las negociaciones de Ginebra.
“Los kurdos, al contrario que otros grupos activos en Siria, tienen una identidad basada en la etnia y no tanto en la religión. Cuentan con una importante carga secular”.
Ajmédov cree que no están interesados en el odio religioso y que pueden convertirse en una de las piezas clave para el renacimiento del Estado una vez que acabe la guerra civil, sobre todo como parte integrante del futuro Ejército de Siria.
“Los kurdos son muy buenos guerreros y sus formaciones constituyen un poder importante”, declaró.
Al mismo tiempo, Ajmédov señala que los países occidentales temen apoyar a los kurdos porque estos quieren presentarse a sí mismos con una delegación separada del régimen sirio y de la oposición.
“Si las negociaciones se realizan entre el régimen, la oposición y los kurdos, eso significaría que estos últimos serán una fuerza más, con sus propias demandas, incluidas las que tienen que ver con su autonomía. Pero por ahora las negociaciones tratan de otra cosa, tratan sobre el establecimiento de la paz en el país”, matizó.
Según Ajmédov, una solución podría ser que una parte de los kurdos se integrase en la delegación gubernamental y otra, en la oposición. “Al final, ellos mismo tampoco están unidos. Algunos kurdos apoyan al régimen de Asad y otros se oponen a él”.
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