"En este encuentro se prevé que se aborden cuestiones actuales de la colaboración bilateral y de la agenda internacional, en particular sobre el proceso de paz en Oriente Medio, y la lucha contra el terrorismo internacional en el contexto de la situación en Siria", señaló el servicio de prensa presidencial.
La Cancillería israelí explicó, por su parte, que Netanyahu abordará con Putin las amenazas para Israel que supone el aumento del suministro ruso de armamento moderno a Siria y la posibilidad de que caiga en manos de Hizbulá y otros grupos terroristas. La urgencia del viaje de Netanyahu, de menos de 48 horas, se debe a que el martes debe estar ya de regreso debido a la celebración de la jornada del Yom Kipur o Día del Perdón -el más sagrado del judaísmo
Putin ha asegurado en varias ocasiones a Netanyahu que el armamento que suministra tanto a Siria como a Irán es exclusivamente defensivo y no representa una amenaza para la seguridad de Israel, al tiempo que tampoco altera el equilibrio de fuerzas en Oriente Medio.
La prensa israelí destacó también que el primer ministro está interesado en cotejar con el jefe del Kremlin las informaciones sobre el supuesto aumento de la presencia militar rusa en el país árabe.
Putin ha declarado que seguirá apoyando con ayuda técnico-militar al régimen sirio en su lucha contra grupos terroristas como el Estado Islámico.
"Apoyamos al Gobierno de Siria en su enfrentamiento contra la agresión terrorista, le hemos proporcionado, y seguiremos haciéndolo, asistencia técnico-militar e instamos a otros países a que se unan a nosotros", afirmó.
El primer ministro israelí viaja acompañado por el jefe del Estado Mayor, Gadi Eizenkot, y el jefe de la inteligencia militar israelí, Harzi Halevy, lo que ha avivado los rumores acerca de que Netanyahu y Putin hablarán en profundidad sobre el conflicto sirio.
El portavoz de Putin, Dmitri Peskov, dijo hoy que ambos mandatarios se reunirán primero cara a cara y "después tendrá lugar una reunión más amplia con ambas delegaciones".
Israel apenas se ha involucrado abiertamente en la guerra siria. Las únicas intervenciones militares reconocidas públicamente han sido las respuestas a cohetes o morteros caídos en la meseta del Golán, generalmente cuando el Ejército israelí ha considerado que no se trataba de proyectiles erráticos sino de una acción deliberada.
También ha atacado, sin reconocerlo abiertamente, varios convoyes y almacenes de armas en suelo sirio en cumplimiento de una política declarada por las autoridades gubernamentales y militares de "no permitir el 'trasvase' de armas avanzadas a Hizbulá" en el Líbano.
Una de las principales preocupaciones israelíes en ese sentido es que las armas más sofisticadas del arsenal sirio puedan acabar en manos de grupos como Hizbulá a cambio del apoyo que brindan al régimen de Al Asad.
Una de ellas son sin duda los misiles antibuque Yakhont, de gran precisión y que podrían ser empleados para atacar las plataformas israelíes de extracción de gas natural en el Mediterráneo oriental.
Israel teme ahora que ese tipo de "actividad preventiva", como es definida en círculos militares y diplomáticos, se vea imposibilitada por la presencia de aviación rusa en el espacio aéreo sirio, o que sus aviones de reconocimiento no puedan entrar y salir, como hacen hasta ahora, para observar la evolución en el terreno.
"La presencia física de fuerzas de una potencia como Rusia en un escenario bélico como el de Siria complica las cosas", sostienen las fuentes diplomáticas, que también elevan la posibilidad de que "por un error" Israel pudiera causar algún daño a los efectivos o equipamientos rusos.
Relaciones Rusia-Israel
"Israel es uno de los socios clave de Rusia en Oriente Medio. Ante los líderes se abre un diálogo en confianza", declaró Dmitri Peskov. A pesar de estas divergencias, y del conocido apoyo estadounidense al Estado judío, Rusia e Israel mantienen buenas relaciones diplomáticas. Prueba de ello es la neutralidad de Israel respecto al conflicto en Ucrania. Israel no participa en las sanciones impuestas por Occidente contra Rusia y su dirección se abstiene de declaraciones públicas de la crisis ucraniana que provocó el empeoramiento de las relaciones entre Kiev, Occidente y Moscú.
Además, hubo una emigración de más de un millón de personas rusohablantes a Israel tras la caída de la URSS en 1991. El anterior ministro de Relaciones Exteriores, Avigdor Liberman, del ultraderechista Israel Beitenu, es una de las figuras públicas más conocidas de esta comunidad.
La última vez que Netanyahu y Putin se reunieron fue en Moscú en 2013.
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Artículo basado en información de la Agencia EFE
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