La lista negra a políticos europeos, respuesta rusa a las sanciones

Rusia ha prohibido la entrada a 89 personas. Fuente: Reuters

Rusia ha prohibido la entrada a 89 personas. Fuente: Reuters

A finales de la semana pasada Rusia envió a los países de la UE una lista negra con las personas que tienen prohibida la entrada en el país como respuesta a las sanciones europeas. La reacción de los países de Occidente, que exigían conocer esta información, ha consistido en una indignación general y en las acusaciones de que Moscú actúa en contra del derecho internacional.

El eurodiputado Ramón Luis Valcárcel y el exparlamentario europeo José Ignacio Salafranca, ambos por el Partido Popular, están incluidos en la lista de personas a las que Rusia ha decidido prohibir la entrada en el país, según un documento difundido por la radio pública finlandesa YLE. Valcárcel, expresidente de la Región de Murcia y del Comité de las Regiones, ostenta actualmente una de las catorce vicepresidencias del Parlamento Europeo. Por su parte, Salafranca fue parlamentario europeo entre 1994 y 2014, cuando se quedó en puertas de renovar su escaño por el PP, y está especializado en cuestiones de asuntos exteriores. El listado incluye a 89 personas, la inmensa mayoría del ámbito de la política y muchas de ellas procedentes de los países bálticos y de Polonia, especialmente duros en sus críticas a Rusia desde la anexión de Crimea y su intervención en el conflicto ucraniano.

Según informan los medios de comunicación rusos, la lista negra rusa, que ha sido una respuesta a las sanciones impuestas contra ciudadanos de la Federación por parte de la UE, fue enviada a los países europeos el pasado jueves 28 de mayo.

La emisora de radio finlandesa YLE hizo públicos los 89 apellidos que forman parte de ella. La lista reúne principalmente a políticos de Polonia, Alemania, Gran Bretaña, los países escandinavos y los estados del Báltico. Entre los figurantes se encuentran el antiguo vice primer ministro británico Nick Clegg, el antiguo primer ministro de Bélgica, Guy Verhofstadt y el líder de los socialistas franceses Bruno Le Roux. Los países de la UE comenzaron a exigir que se publicara la lista negra rusa después de que al diputado del Bundestag Carl-Georg Wellmann se le denegara la entrada

El primer ministro de los Países Bajos, Mark Rutte, fue el primero en declarar que Rusia había enviado la lista de sanciones.

Rutte reprochó a Moscú de que su lista negra “no está basada en el derecho internacional, no es transparente y no puede ser impugnada en los tribunales”.

Por su parte, el servicio de política exterior de la UE ha declarado que la lista es una medida “arbitraria e injustificada”. Algunas capitales europeas también han expresado su indignación. Por ejemplo, el gobierno de Londres ha declarado que “no existe absolutamente ninguna justificación para esta lista”.

Por su parte, el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, ha declarado que estas acusaciones son absurdas e incoherentes. Lavrov señala que en la lista negra figuran personas que “apoyaron activamente el golpe de Estado que provocó que los rusos en Ucrania comenzaran a sufrir persecuciones y discriminación”.

"La respuesta en simple. Esto fue hecho como respuesta a la campaña de sanciones lanzada contra Rusia por parte de varios Estados de la UE encabezados por Alemania", informó anoche una fuente diplomática a las agencias locales, informa EFE.

Según Andréi Súzdaltsev, vicedecano de la facultad de Economía y Política mundiales de la Escuela Superior de Economía, los países occidentales se sienten indignados por el propio hecho de que la Rusia responda a las sanciones impuestas contra ella.

“No se acepta de ningún modo que haya una respuesta simétrica por parte de Rusia”,  declara el experto a RBTH, subrayando que en la UE creen que tienen derecho a imponer unas medidas semejantes privando al mismo tiempo a Rusia de este derecho.

En opinión de Súzdaltsev, la inesperada indignación de la UE es la prueba de que “Europa y EE UU no están de acuerdo con apostar por un diálogo con la Federación Rusa en igualdad de condiciones. No es simplemente que no estén preparados o que no quieran, sino que no están de acuerdo con ello. Ellos consideran que con Moscú únicamente se puede utilizar el idioma de los ultimátums, los escándalos y las exigencias”.

Según señala el experto, la Federación Rusa se ha topado con una sincera incomprensión por parte de Europa, la cual, sintiéndose la “guardiana de los principales valores del mundo”, de pronto se ha descubierto bajo la presión de sanciones.

Según opina el director del Consejo Ruso para los Asuntos Internacionales, Andréi Kortunov, a pesar de que determinadas listas negras en política provocan una serie de preguntas (respecto al procedimiento, los criterios, las condiciones de la posible eliminación de la lista) acusar en este caso a Rusia sería un acto “algo hipócrita”, ya que Moscú no fue la primera que redactó este tipo de lista.  Muchas de las preguntas que los países europeos plantean en este sentido a Rusia, podrían ir dirigidas a ellos mismos, añade el analista.

En las listas no figuran representantes de algunos países europeos, como Chipre, Hungría, Australia o Grecia, cuya opinión acerca de la política de Rusia es abiertamente más moderada. “Esto podría considerarse como una posible señal a los países con los que la Federación Rusa mantiene unas buenas relaciones”, opina Kortunov.

Al mismo tiempo, según señala a este respecto el director del Centro de Tecnologías Políticas Ígor Bunin, la lista negra rusa podría contemplarse como una prueba de que Moscú tiene opiniones distintas hacia los distintos estados de la UE. “Los países que muestran una mayor apertura respecto a Rusia sufrirán un menor efecto de las sanciones”, opina el experto.

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