Fuente: Ria Novosti
El presidente Putin ha anulado la prohibición introducida por Dmitri Medvédev en 2010 de enviar sistemas de misiles S-300 a Irán. En Moscú, la decisión del presidente se ha vinculado con el “sustancial progreso” alcanzado en las recientes negociaciones sobre el programa nuclear iraní.
El Consejo Superior de Seguridad Nacional de Irán, según informa la agencia TASS, espera que el suministro de sistemas de misiles comience este mismo año y el Ministerio de Defensa de Irán ha subrayado que la decisión de Moscú reforzará la cooperación de ambos países. El Departamento de Estado de EE UU subraya por su parte que la venta de misiles S-300 a Irán es un paso contraproducente.
Los expertos rusos declaran que la decisión de Vladímir Putin era un paso esperado y, del mismo modo que el Ministerio de Asuntos Exteriores, la vinculan con las negociaciones en Lausana, señalando que Rusia está intentando ocupar un nicho de mercado en el ámbito de la cooperación técnica militar debido a la posible anulación en un futuro próximo de las sanciones contra Irán.
Según el director del Centro de Energía y Seguridad, Antón Jlopkov, en estos momentos “la mayoría de países que albergan esperanzas de hacer negocios en Irán están estudiando los modos de desarrollar su cooperación con Teherán”. Según el experto, la decisión de Rusia sobre los misiles S-300 no será el último paso que se dé en dirección a Irán.
“Los temores de Moscú”
Al mismo tiempo, existe la opinión de que Rusia envía de este modo una señal a Teherán y le previene de un excesivo acercamiento con Occidente. Según Alexéi Arbátov, director del Centro de Seguridad Internacional del Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales, se trata de una “señal que advierte a Irán que no debe optar por la vía de una cooperación total con Occidente”.
Según señala el experto, Occidente “no puede ofrecer muchas de las cosas que ofrece la Federación de Rusia”. Esto hace referencia en primer lugar a los sistemas de armamento. Este tipo de decisiones recibirán duros reproches por parte de Israel y de las monarquías del golfo Pérsico, con fuertes vínculos con Europa y EE UU.
Moscú teme que Irán dé un giro hacia Occidente y no preste atención a los intereses de Rusia. “Y, sobre todo, que entre sus propios intereses se encuentren algunos enfrentados a los de Rusia.
Por ejemplo, el país entrará en el mercado del gas y el petróleo, lo cual provocará una caída de los precios, y aparecerá ante Occidente como una fuente alternativa de suministro de petróleo”, opina Arbátov.
Qué misiles y cuándo se venderán
Por ahora no queda claro qué misiles venderá Rusia a Irán ni cuándo lo hará. Los misiles S-300 en su modificación PMU-1, según declaraba a RBTH el director adjunto del Instituto de Análisis Político y Militar, Alexander Jramchujin, ya se han retirado de la producción. Por ahora sigue en el aire la cuestión sobre si Irán accederá a comprar los misiles en otra modificación, ya que anteriormente Teherán ha rechazado este tipo de propuestas.
Además, según el experto, el envío de misiles análogos que ya se utilizan en el ejército ruso no será tarea fácil, ya que estos deberán ser altamente modificados. Es muy poco probable que puedan modificarse en un plazo tan corto de tiempo, según Jramchujin.
También surgirán problemas en el envío de los sistemas más modernos, el modelo S-400. Según el experto, las empresas rusas están saturadas de encargos debido al programa de rearme del ejército hasta el año 2020. Jramchujin opina que el suministro de misiles podría posponerse de ocho a diez, algo que dudosamente satisfará a Teherán.
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