Pekín llevará a Buenos Aires dinero y tecnología

Fuente: Reuters

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El jueves llega a su fin la tercera visita de Cristina Fernández de Kirchner a Pekín. En el contexto del enfrentamiento con los fondos buitres y la búsqueda de inversión en energía e industria, la visita a China podría tener una importancia vital. Sin embargo, ¿cómo influye este acercamiento en las relaciones ruso-argentinas?

La agenda del viaje de la presidenta argentina ha estado bastante saturada. El 3 de febrero celebró unas negociaciones con los directores de los bancos chinos ICBC y EXIM Bank, así como con los directivos de 30 compañías estatales y privadas: COFCO, Huawei Technologies, Energy Engineering Group, China Gezhouba, Athanor SCA y Huapont-Nutrichem, entre otras. Todas estas empresas se mostraron interesadas en la inversión de capitales en distintos ámbitos de la economía argentina.

En su cuenta de Twitter, Cristina Fernández escribía que “la reunión fue excelente” y que estaba “sorprendida por el conocimiento de Argentina y sus posibilidades de negocios” que habían mostrado los empresarios chinos. Teniendo en cuenta su convicción para invertir en el futuro, puede esperarse que China suba una posición más entre los inversores extranjeros en Argentina.

El miércoles Cristina Fernández dio un discurso en un foro de negocios en el que se reunieron 102 empresarios argentinos y más de 500 empresarios chinos. Más tarde se reunió con el presidente Xi Jinping. En presencia de los líderes de ambos países se firmaron 15 acuerdos en el ámbito del régimen de visados, las tecnologías de la información, la energía, la explotación de minerales (en particular el potasio y el litio) la investigación espacial y las finanzas. Según la presidenta argentina, el acuerdo sobre la construcción con tecnología china de un tercer reactor para la central nuclear Atucha es “la puerta hacia el ahondamiento en las relaciones estratégicas” entre los dos países.

Buenos Aires y Pekín han confirmado su fidelidad al Acuerdo sobre Cooperación Estratégica que firmaron en julio de 2014, durante la visita a Argentina del presidente Xi Jinping. Entonces se firmaron 20 acuerdos por un valor total de 18.000 millones de dólares. Los más relevantes de ellos fueron los acuerdos para el comercio bilateral en divisas nacionales, para la concesión de un swap de crédito por parte de China por valor de 11.000 millones de dólares para adquirir soja en Argentina, para la modernización de la red de transporte de carga Belgrano Cargas y para la construcción de las centrales hidroeléctricas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic en la provincia de Santa Cruz.

El miércoles por la noche Kirchner participó por videoconferencia en la ceremonia dedicada al inicio de la construcción de ambas centrales hidroeléctricas. El consorcio de bancos chinos destinará a este proyecto un primer tramo de 287 millones de dólares. El importe total del crédito concedido para este proyecto ascenderá a 4.700 millones de dólares hasta 2020.

“Los resultados de la visita de Cristina Fernández de Kirchner a Pekín son otra prueba de que China se está posicionando cada vez más como centro económico, financiero y tecnológico alternativo al que podrán solicitar ayuda todos los países ofendidos con Occidente, comenzando por Rusia y terminando por Argentina, - comenta en una entrevista para RBTH el director adjunto del Instituto de Latinoamérica de la Academia Rusa de Ciencias, Borís Martynov. – Entre otras cosas, Pekín ha ayudado a Buenos Aires a estabilizar el peso gracias al acuerdo de swap de divisas”.

A la pregunta sobre si China competirá con Rusia en Argentina en ámbitos como la energía, por ejemplo la nuclear, la industria extractora o el transporte, Martynov responde: “Además de China, Argentina ha apostado por la cooperación estratégica con Rusia. Sin embargo, el sector de los negocios de Rusia lleva mucho tiempo reflexionando y cree que Latinoamérica se encuentra demasiado lejos. Argentina tampoco está muy cerca de China, y sin embargo los chinos están muy interesados en las materias primas y los recursos energéticos, por no hablar de las posibilidades financieras. Además, en China piensan a mucho más largo plazo que en Rusia”.

“Si China propone a Argentina unos precios y unas condiciones mejores, ¿por qué debería Argentina escogernos a nosotros?”, continúa el experto. Esta es la razón, según él, de que el contrato para la construcción del tercer reactor de la central nuclear de Atucha lo hayan conseguido empresas chinas y no Rosatom, aunque la compañía rusa tenía grandes posibilidades.

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