Los países de América Latina tendrán acceso a tecnología militar rusa

El Mi-171SH. Fuente: Servicio de prensa

El Mi-171SH. Fuente: Servicio de prensa

Los países de América Latina se niegan cada vez más a ser simples compradores de armamento ruso. La región, que ocupó en 2013 el sexto lugar en gasto militar, desea obtener además de los aparatos la tecnología para la producción de armamento. Esto lleva la relación entre comprador y vendedor a un nivel completamente diferente y obliga a Rusia a aplicar cada vez más los acuerdos 'offset', en los que una de las condiciones para la compra de productos militares es invertir parte del dinero del contrato en la economía del país importador.

Rusia y Perú ratificaron a comienzos de septiembre un acuerdo para la construcción de un centro conjunto de producción y reparación de helicópteros en la localidad de La Joya, provincia de Arequipa.

La construcción, cuya apertura está prevista para 2016, es el resultado de un acuerdo offset entre los dos países por una suma de 180 millones de dólares y era parte del contrato que se firmó en 2013 para la venta de 24 helicópteros Mi-171SH. El monto del contrato asciende a 406 millones de dólares, y se trata del mayor cuerdo en tecnología militar entre Rusia y Perú  desde la caída de la URSS.

Según este acuerdo, Perú podrá ofrecer servicios de reparación de forma independiente y dar servicio a los helicópteros del tipo Mi-17/171 que estén siendo utilizados por otros países de la región. La corporación Rostej explicó que el centro será propiedad del Ministerio de Defensa de Perú y "permitirá mantener el parque de helicópteros en permanente estado de utilización y garantizar su eficacia en operaciones de guerra contra el narcotráfico y el terrorismo".

A partir de 2016 el centro de helicópteros comenzará la producción de componentes y bloques independientes para los aparatos de fabricación rusa, de hecho ya está previsto que se realice el montaje final de 11 helicópteros rusos para la Fuerza Aérea peruana.

Los helicópteros rusos en América Latina

Perú dispone de helicópteros Mi-171 desde el 2011. Actualmente se utilizan en varios país de América Latina: Venezuela, Argentina, Brasil, Colombia o México. Si se cuentan tanto los que operan en las fuerzas armadas como en las organizaciones civiles, hay alrededor de 400 helicópteros Mi-17 en la región.

El centro en Perú debería convertirse en la principal empresa de servicio de mantenimiento y reparación de helicópteros de fabricación rusa en América Latina.

El Mi-171Sh ganó la licitación que convocó Perú para la adquisición de helicópteros polivalentes para la Fuerza aérea de este país en 2013. La elección de los peruanos se decantó no solo por las excelentes características técnicas de los aparatos sino por el generoso programa offset de la parte rusa.

Este tipo de acuerdos offset que firma Rusia con países de América Latina se están convirtiendo en una práctica habitual.  Los países de la no solo están interesados en adquirir armamento ruso, sino también en obtener el derecho de reparación y montaje en el territorio además de la producción bajo licencia.

 "Hoy en día, como en todo el mundo, los países intentan obtener de nosotros no solo productos manufacturados sino a situar en su territorio la producción de armamento y tecnología militar", dijo el vice ministro de Defensa, Anatoli Antonov, en una entrevista a la agencia de información ITAR-TASS.

En junio de 2014 se firmó un acuerdo bilateral para la creación de un centro de helicópteros con otro gran usuario de helicópteros rusos de la región, Venezuela, que utiliza no solo los Mi-17 polivalentes, sino los Mi-26 de transporte y los Mi-35 de combate.

Según comentó el representante de Rosoboronexport, Vladislav Kuzmichev, actualmente ya se han cumplido todos los acuerdos de venta de helicópteros a Venezuela, sin embargo el país tiene la necesidad de repararlos. "Ya han pasado varios años y hacen falta piezas de recambio, arreglos y mantenimiento de los aparatos en uso", informó Kuzmichev a los periodistas en la exposición HeliRasha-214.

Por otro lado, se están valorando opciones para el inicio de una fabricación conjunta con Brasil. Como señaló el representante de Rostej, Serguéi Goreslavski, en una entrevista a la revista rusa Gazeta.ru: "el objetivo de la colaboración entre Rusia y Brasil es la creación de una alianza tecnológica que suponga el intercambio mutuo de tecnología y la creación en Brasil de una planta de ensamblaje con vistas a la entrega de tecnología y un alto grado de penetración de los productos en la economía local".

En concreto, se está estudiando ahora mismo un contrato para los dispositivos antiaéreos "Pantsir" para el que también se prevé un programa offset: el mantenimiento de la tecnología rusa sería realizado por empresas brasileñas. Estas también producirían las municiones para el armamento bajo licencia rusa.

El experto militar independiente Vladimir Kliuchnikov comentó a RBTH que la firma de los acuerdos offset es una práctica muy extendida a nivel internacional.  Su firma amplía el mercado y fideliza a los compradores con una tecnología concreta.

En estos momentos todos los países intentan obtener un acceso directo a la documentación técnica, sin embargo la política rusa en este ámbito es crear empresas conjuntas con aquellos países que adquieren armamento. “Nuestras capacidades de producción ahora están a pleno rendimiento y las empresas conjuntas nos permiten descargar carga de trabajo y que nuestra gente vaya allí a trabajar. Por lo que es ventajoso para nosotros y abre perspectivas de futuro”, dice Kliuchnikov.

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