Rusia y Nicaragua pretenden que su buena relación política mejore el intercambio comercial

Vladímir Putin visitó el país centroamericano el pasado julio y este mes se debaten en Moscú posibles vías de acercamiento mutuo. Fuente: Reuters

Vladímir Putin visitó el país centroamericano el pasado julio y este mes se debaten en Moscú posibles vías de acercamiento mutuo. Fuente: Reuters

Tras la visita oficial a Managua del presidente de la Federación de Rusia Vladímir Putin el pasado mes de julio, una delegación de Nicaragua ha hecho una visita a Moscú. Los copresidentes de la comisión ruso-nicaragüense para la cooperación económico-comercial y científico-técnica —los viceministros de Asuntos Exteriores Serguéi Riabkov y Luis Molina— han debatido sobre los problemas y expectativas de las relaciones comerciales entre ambos países.

No es ningún secreto que la relación bilateral entre estos dos países se basaba hasta ahora en el así llamado modelo paternalista soviético-sandinista, el cual actualmente está siendo sustituido por un modelo más pragmático basado en el interés mutuo.

El inicio de esta etapa lo marca la firma en 2002 de un acuerdo que establece los principios de cooperación entre los dos países y la anulación completa la deuda adquirida por el gobierno nicaragüense con la antigua URSS.

Aunque la cooperación entre ellos ha pasado ya al plano comercial, las cifras siguen siendo bastante modestas. Según los datos aportados por el Servicio Federal de Aduanas de Rusia, el intercambio comercial alcanzó en 2013 los 56 millones de dólares. Nicaragua solo ocupa el puesto 131 en volumen de exportación y el 110 en volumen de importación en la balanza comercial de Rusia.

“La visita de la delegación de la República de Nicaragua encaja perfectamente en el plan general de medidas orientado a Latinoamérica que acaba de poner en marcha Moscú”, declaró a RBTH el director del Instituto de Latinoamérica adscrito a la Academia de las Ciencias rusa, Vladímir Davídov.

“Seamos sinceros: la balanza comercial de Rusia con Nicaragua es simbólica. La política está muy por delante de la economía en lo que respecta a nuestras relaciones bilaterales. Por eso, la pregunta que habría que hacerse hoy es cómo convertir el potencial político en dividendos reales”.

En principio, según opina el experto, esto no es tan difícil de conseguir si existe un interés mutuo. Y es que para Rusia, Nicaragua no constituye ninguna terra incognita. En el país existen numerosas instalaciones construidas durante la época soviética cuya modernización no requiere una gran inversión.

Además, algunas empresas rusas están dispuestas a intensificar su cooperación con Nicaragua. Según los resultados de las negociaciones llevadas a cabo en Moscú entre el ministro de Industria y Comercio de Nicaragua, Orlando Solorsano, el de Finanzas, Iván Acosta, y el Ministerio de Industria y Comercio de la Federación de Rusia, los fabricantes rusos podrían cubrir la demanda nicaragüense correspondiente al sector automovilístico, al agrícola, al de la construcción de infraestructuras y al de tecnología aplicada a los servicios municipales siempre que se apruebe la apertura de una línea de crédito rusa a Nicaragua por valor 1.000 millones de dólares.

Tecnología, el Gran Canal Interoceánico y la ayuda militar

Mientras tanto, el Ministerio de Industria y Comercio de Rusia ha firmado un contrato público con la empresa Agromash Holding para el suministro a Nicaragua de 200 tractores de la serie Agromash 85 TK (modelo adaptado al trópico) a modo de prestación gratuita. Además, Nicaragua recibirá diez cosechadoras de la serie Yenisei 950 con segadoras y piezas de repuesto. El contrato también incluye la garantía y servicios de formación impartida por especialistas cualificados.

La primera partida de 42 tractores y cosechadoras se envió el 10 de septiembre desde el puerto de Muuga, en Estonia. La fecha aproximada de su llegada al puerto de nicaragüense de Corinto es el 25 de octubre. Se espera que la entrega del resto de la maquinaria se lleve a cabo antes de que acabe el año 2014.

Casualmente ese mismo día Rusia regaló a Nicaragua un sistema de alta tecnología que se utilizará en la construcción del Gran Canal Interoceánico que atravesará el país latinoamericano. Esta tecnología servirá para llevar a cabo un seguimiento de la actividad volcánica y realizar alertas tempranas de posibles tsunamis. La construcción del canal se iniciará en diciembre y estará supervisada por el enviado especial del presidente de Nicaragua, asesor en cuestiones de cooperación económico-comercial con Rusia, Laureano Ortega, quien también se encontraba entre los miembros de la delegación.

Según el secretario general de la Organización Internacional de Defensa Civil, Vladímir Kuvshinov, “la realización de un proyecto de tal envergadura requiere, en términos de ingeniería, la más moderna tecnología para garantizar su seguridad”. No es casualidad que esté respaldado por el propio ministro de defensa de Nicaragua, Julio César Avilés.

Aprovechando la oportunidad, el ministro volvió a manifestar su interés en que Rusia continúe prestando ayuda al rearme del ejército nicaragüense y a la formación del cuerpo de oficiales. Esta cuestión también se debatió en las negociaciones desarrolladas en Moscú. Según los datos aportados por fuentes del gobierno americano, solo en 2011 Rusia prestó a Nicaragua ayuda militar por un valor de 26,5 millones de dólares. Casi nueve veces más que la ayuda recibida por parte de EE UU.

El año pasado Rusia colaboró en la creación de una unidad de reciclaje de munición para artillería. En este momento se está negociando la prestación de ayuda para la modernización de la Marina de Nicaragua.

Recordamos que el parlamento de Nicaragua ratificó la decisión de su gobierno que permitía la entrada en la república de unidades militares, barcos y aviones rusos hasta el 30 de junio de 2015 como parte de un programa de intercambio de experiencias y formación de personal militar. Y esto a pesar de que la presencia de equipos militares rusos en aguas del hemisferio occidental no solo levanta recelos en EE UU, sino también en Colombia.

La postura de Bogotá se debe al descontento que provocó una sentencia del Tribunal Internacional de la Haya dictada en 2012, que fijaba una nueva frontera marítima entre Colombia y Nicaragua.

Otra razón por la que el contacto ruso-nicaragüense ha despertado recelo son los planes para el despliegue en los alrededores de Managua de una estación terrestre del sistema de navegación ruso GLONASS, de conformidad con lo acordado entre los presidentes Vladímir Putin y Daniel Ortega. Este sistema se convertirá en una alternativa al norteamericano GPS. De ahí que el interés de Rusia por intensificar su presencia en Nicaragua a largo plazo sea patente.

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