Aumenta la tensión tras las declaraciones de Poroshenko. Fuente: ITAR-TASS
Este jueves el presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, declaró que "tropas rusas habían invadido" el territorio de su país, aunque no declaró el estado de guerra.
Los expertos rusos consultados por el diario Kommersant opinan que la declaración de Poroshenko es un intento que trata de ahuyentar las acusaciones por las derrotas militares de los últimos días en el sudeste de Ucrania y que busca reducir la presión de sus oponentes políticos, entre los que está Yulia Timoshenko, que ha hecho un llamamiento para que se declare la situación de guerra en las regiones de Donetsk y Lugansk.
El politólogo de Kiev, Dmitri Dzhanguirov, ha descrito la situación actual como una competición de retórica patriótica entre políticos antes de las elecciones a la Rada.
Según Kommersant la denuncia de la invasión rusa es una salida fácil para Poroshenko ya que le quita al gobierno del país la responsabilidad por el desastre de la "operación antiterrorista" en el este, donde las fuerzas de milicianos de la república no reconocida han pasado al ataque.
Al mismo tiempo Alexander Zajarchenko, el primer ministro de la República Popular de Donetsk (RPD) ha descrito el contraataque de las milicias como una "operación militar humanitaria", que tiene como objetivo "apartar al enemigo lejos de las principales ciudades" y proteger así a la población civil.
El periódico conservador Vzgliad, analizando las declaraciones del gobierno ucraniano también cree que son útiles para Kiev: "Los nacionalistas ucranianos siempre pueden remitirse a una fuerza mayor personificada por el Ejército ruso", sin embargo considera que no hay tropas rusas en Ucrania.
Vzgliad se basa en que, en caso de que Rusia hubiera utilizado de forma masiva fuerzas armadas, el curso de las operaciones bélicas habría tomado otro rumbo completamente distinto: en el territorio de Ucrania estarían moviéndose grandes columnas de acorazados y de destacamentos de aprovisionamiento que serían imposibles de ocultar.
La publicación cita al vicepresidente del Comité de defensa de la Duma Estatal, Franz Klintsevich que está convencido de que en caso de que Rusia hubiera entrado de verdad en territorio ucraniano "nosotros (las tropas rusas) ya estaríamos cerca de Kiev. No es una bravuconada, es un hecho objetivo". En opinión de Klintsevich, si Rusia realizara una operación en Dombass, sería muy fácil reconocer a las tropas rusas por su moderna tecnología y los "poderosos ataques de aviación y artillería".
Al mismo tiempo, Vladímir Putin ha reaccionado ante los éxitos militares de las "milicias de Novorrossia". Ha enviado un mensaje al líder de los separatistas pidiéndo que "abriera un corredor humanitario para los militares ucranianos que habían quedado rodeados y evitar así muertes sin sentido". En ese mismo mensaje Putin señalaba que las milicias "habían logrado importantes éxitos" en su oposición a la operación de Kiev.
En opinión de Gazeta.ru el mensaje de Putin demuestra que la posición oficial de Rusia en relación a Ucrania y la república no reconocida de Dombass sigue siendo la misma: Rusia no participa en el conflicto, está a favor de una solución pacífica y está dispuesta a prestar ayuda humanitaria a gran escala.
Mientras tanto, ni Putin ni ningún otro representante del Kremlin ha respondido a las declaraciones de Poroshenko sobre la supuesta invasión rusa. En opinión de los expertos consultados por Gazeta.ru, "Kiev no ha presentado ninguna prueba real, por eso no se puede responder a nada".
El politólogo Alexéi Makarkin considera que la escalada de tensión en las relaciones ruso-ucranianas se incrementó después de la cumbre de Minsk de esta misma semana. En el encuentro entre la Unión Aduanera (Rusia, Kazajistán y Bielorrusia) con Ucrania y la UE no se logró ningún resultado importante, lo que provocó que las partes buscaran nuevos argumentos, entre ellos el ataque del Ejército ucraniano y la contraofensiva de los milicianos. "Normalmente las negociaciones y las acciones de fuerza van por separado. De hecho para conseguir algo en las negociaciones a menudo se recurre a la presión de la fuerza", dice Makarkin convencido.
Los habitantes de Donetsk cuentan a RBTH cómo el miedo se ha convertido, poco a poco, en parte de sus vidas. Lea más aquí>>>
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