Asia Central se queda sin rusos

Astaná, la actual capital de Kazajistán. Fuente: Lori / Legion Media

Astaná, la actual capital de Kazajistán. Fuente: Lori / Legion Media

Los estados de Asia Central se están convirtiendo con los años en países monoétnicos. Tras la caída de la Unión Soviética, de los diez millones de habitantes rusohablantes que vivían anteriormente en los países de Asia Central quedaron menos de tres millones. El punto crítico del éxodo de la población rusohablante de esta región se produjo durante los años 90, cuando tras la caída de la URSS empeoró la situación económica y comenzaron las desavenencias interétnicas.

Kazajistán

Kazajistán es hoy el país con el mayor número de habitantes de habla rusa con intención de abandonar el país, a pesar de ser un socio estratégico de Rusia.

Fiódor Miroglov, director del Centro de Información e Investigación El observador ruso, comenta a RBTH que en Asia Central los rusos sufren ante todo una discriminación por motivos étnicos. En Kazajistán esto se manifiesta generalmente en la política de contratación de personal (más de un 90% del personal directivo del país son representantes de la etnia nacional), así como en los intentos de limitar el uso de la lengua rusa en los asuntos de la vida cotidiana del país. Aunque esto es algo imposible, ya que muy pronto quedó claro que la lengua kazaja no puede sustituir por completo al ruso en la ciencia, el derecho y otros ámbitos.

Kirguistán

El porcentaje actual de rusos en Kirguistán es de un 7% de la población total, mientras que en la época soviética este indicador rondaba el 25%. Los rusos comenzaron a asentarse en territorio del actual Kirguistán en la década de 1850-1860, tras la anexión de estas tierras por parte del Ejército ruso. En aquel momento comenzaron los choques entre la población local y los colonos rusos, que recibían del Gobierno zarista tierras de cultivo. Desde aquella época los enfrentamientos no han cesado. El último de ellos tuvo lugar hace cuatro años, tras la revolución del 7 de abril de 2010.

La gran mayoría de los rusos de Kirguistán viven en el norte de la república, en Biskek y en la región de Chui, en el lago de Issyk-Kul. La capital de Kirguistán es hasta la fecha una ciudad mayoritariamente rusohablante, aunque una parte importante de los rusos que quedan en la república son personas de tercera edad.

Los rusos trabajaban generalmente en los sectores industrial y energético. Con la caída de la URSS y el cierre de las fábricas se observó un abandono de los habitantes de habla rusa de la república de forma masiva. El éxodo alcanzó sus cotas más altas a principios de los años 90 y a día de hoy continúa en marcha.

La vida política de Kirguistán está constituida en base a los clanes. La población rusohablantes se encuentra fuera de los clanes, fuera de las organizaciones que estructuran el Estado. No obstante, hoy en día Kirguistán sigue siendo el país más tolerante de Asia Central si se tiene en cuenta la actitud general de la población local respecto a la diáspora rusa.

Uzbekistán

Los ciudadanos rusohablantes son un 3% de la población total. La lengua rusa en Uzbekistán tiene el estatus de lengua vehicular. En la república existen unas 1.000 escuelas que utilizan la lengua rusa como lengua vehicular y en todas las universidades existen grupos de lengua rusa. El ruso también se utiliza como lengua principal en muchas instituciones que trabajan con Rusia.

Tayikistán

Es el único país de la CEI en el que se permite la doble nacionalidad con Rusia. Antes de los años 90, en este país vivían casi 450.000 eslavos y una de sus ciudades, Chkálovsk era totalmente rusa. Hoy en día en Tayikistán no quedan más de 30.000 rusos.

La razón principal del éxodo de la población rusohablante fue la guerra civil. El nivel de vida actual en Tayikistán sigue siendo extremadamente bajo, lo cual también contribuye a que la población abandone el país. En la república siguen viviendo únicamente personas de tercera edad que no tienen ningún otro lugar al que ir.

A pesar de que el ruso está considerado como lengua vehicular, su ámbito de uso está muy limitado. El mundo de los negocios hace tiempo que adoptó la lengua tayika.

Turkmenistán

Durante los 22 años de independencia de Turkmenistán, uno de cada dos rusohablantes se ha visto obligado a abandonar el país. El auge de este proceso tuvo lugar en 2003, cuando Turkmenistán y Rusia firmaron un acuerdo para el suministro de gas durante 25 años. Como respuesta a este contrato, el presidente ruso Vladímir Putin hizo una concesión a Turkmenbashi (al presidente Saparmyrat Nyýazow) y firmó un protocolo que anulaba la validez de la doble ciudadanía.

Tras la firma de este “paquete de acuerdos”, Nyýazov firmó un decreto que obligaba a las personas que poseían la doble nacionalidad a renunciar a una de ellas. El nuevo presidente, Gurbangulí Berdimujamédov, que llegó al poder en 2007, decidió cambiar los pasaportes extranjeros y acabar de una vez por todas con el problema de la doble nacionalidad.

Únicamente tras la intervención de Moscú se permitió a los habitantes con doble nacionalidad conservar su segundo pasaporte. Pero su número es muy bajo. Quizá por esta razón en la república únicamente queda una escuela rusa, en la que estudian generalmente los hijos de los funcionarios y la clase alta turkmena, que quieren que sus hijos continúen sus estudios en Rusia o Bielorrusia.

El uso de la lengua rusa en Turkmenistán es mínimo, únicamente se puede oír en las calles de Asjabad. Por lo general, los turkmenos utilizan en la vida diaria y en el trabajo exclusivamente la lengua oficial, el idioma turkmeno. 

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