La reforma energética de México abre las puertas a las compañías petroleras rusas

La reforma energética permite la apertura  a capital privado y extranjero en el sector energético mexicano. Fuente:  photoshot / vostock-photo.

La reforma energética permite la apertura a capital privado y extranjero en el sector energético mexicano. Fuente: photoshot / vostock-photo.

El embajador Rubén Beltrán explica las reformas a la prensa rusa. Rosneft y Lukoil podrían invertir en el país.

El presidente de México, Enrique Peña Nieto, aprobó el pasado 12 de diciembre un paquete de leyes que regulan las próximas reformas en el sector energético. Una de las principales novedades es que dará acceso al capital privado a este sector después de 80 años de monopolio estatal. Los expertos esperan que las reformas incrementen el crecimiento del PIB de México en un 3% hasta 2025 y permitan atraer hasta 10.000 millones de dólares de inversión extranjera anual y crear hasta 500.000 nuevos puestos de trabajo al año.


La reforma energética abrirá las puertas a la inversión de compañías privadas y extranjeras en nuevas tecnologías y en los prometedores yacimientos de México. “Tendremos la posibilidad de extraer petróleo y gas en las zonas marítimas más profundas (del golfo de México), así como en las zonas montañosas del país, y de producir energía eléctrica a precios más bajos”, señalaba Peña Nieto. Según el presidente mexicano, esto permitirá al país “reducir su dependencia de los socios internacionales y asegurar su propia seguridad energética”. 

La exportación de México ocupa un 30% de la exportación de toda Latinoamérica. Y ahora, México está abriendo su mercado de los recursos energéticos. Los cálculos de Pemex muestran que tras la reforma se logrará incrementar los volúmenes de extracción de petróleo desde los 2,5 millones actuales hasta 3 millones de barriles al día hasta 2018, mientras que los 175,5 millones de metros cúbicos diarios actuales se podrán duplicar en este mismo periodo.

En el marco de la reforma energética se planea llevar a cabo la exploración geológica y el desarrollo de nuevos yacimientos de petróleo y gas en zonas marítimas, lo que permitirá incrementar en gran medida la extracción de hidrocarburos. En adelante se planea modernizar las refinerías y construir nuevas plantas con el objetivo de dejar de comprar gasolina y combustible diésel al extranjero. 


El embajador de México en Rusia, Rubén Beltrán, ha explicado a la prensa rusa en qué consistirá la reforma energética y cuáles de sus puntos se corresponden principalmente con los intereses de las compañías rusas de gas y petróleo. Según Beltrán, los economistas mexicanos aseguran que la reforma energética permitirá atraer una inversión extranjera adicional de entre 22.000 millones de dólares y 30.000 millones de dólares de 2015 a 2018 con un precio de 100 dólares por barril.  Rubén Beltrán explica la reforma energética ante los periodistas Fuente: Román Kiselev. 

Esta reforma abre las puertas al mercado mexicano para compañías rusas como Lukoil y Rosneft, que ya han mostrado un gran interés en esta región. 

El presidente de Rosneft, Ígor Sechin, ha solicitado al gobierno ruso apoyo financiero debido a la grave situación en la que se encuentra la compañía como consecuencia de las sanciones impuestas por Estados Unidos, que han dejado de conceder préstamos y créditos en plazos superiores a 90 días a Rosneft, cuya deuda ascendía aproximadamente a 44.500 millones de dólares. 

 

En enero de 2014, en el marco del Foro Económico Mundial celebrado en Davos, el presidente de Lukoil, Vaguit Alekpérov y el director general de Remex, Emilio Lozoya, firmaron un acuerdo de cooperación. Este acuerdo abre ante Lukoil y Remex nuevas posibilidades debido a la reforma del sector energético de México, que aumentará la competencia.

El embajador mexicano ha declarado que Rusia tiene una enorme capacidad tecnológica y de inversión en el ámbito del gas y el petróleo y que su punto fuerte consiste en la maquinaria de perforación, el desarrollo de plataformas, la construcción de oleoductos y gasoductos, proyectos que gozan de una alta demanda en el mercado mexicano y por los que ya se han interesado las compañías rusas. Ya hoy en día se puede constatar el hecho de que el mercado mexicano es uno de los más abiertos del mundo para la inversión extranjera no sólo en estos sectores, sino también en otros ámbitos de la economía.

México tiene un acuerdos de libre comercio con 44 países del mundo, entre los que se encuentran la Unión Europea, Japón, Estados Unidos y la mayoría de los países de Latinoamérica, es decir, que el alcance de la exportación de los productos mexicanos se extiende a 1.200.000 personas de prácticamente todo el mundo.

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