“Nos encantaría una Europa que actuara de manera independiente a nivel internacional”

Entrevista a Alexander Yakovenko, embajador de Rusia en Gran Bretaña, sobre las relaciones de Rusia con Occidente debido a la crisis ucraniana. Fuente: Reuters

Entrevista a Alexander Yakovenko, embajador de Rusia en Gran Bretaña, sobre las relaciones de Rusia con Occidente debido a la crisis ucraniana. Fuente: Reuters

¿De qué modo está dispuesta Rusia a contribuir con la investigación internacional sobre el accidente del Boeing?

Rusia fue la primera que solicitó la realización de una investigación internacional independiente. La resolución especial del Consejo de Seguridad de la ONU 2166 sobre esta cuestión ha sido aprobada con la participación activa de Rusia. En una sesión informativa (que tuvo lugar el 21 de julio) del Ministerio de Defensa presentamos los datos recogidos por los sistemas técnicos rusos de control objetivo sobre lo que ocurrió en el espacio aéreo ucraniano en el momento de la catástrofe del Boeing-777. De hecho, presentamos la información de que disponía nuestro servicio de inteligencia. Y creíamos que la parte norteamericana actuaría de igual modo, lo que desgraciadamente no ha ocurrido.

Alexander Yakovenko (Gomel, 1954). Estudió Relaciones Internacionales en MGIMO. Es doctor en Derecho. Comenzó su carrera diplomática en 1976. Desde 2005 hasta 2011 fue viceministro de Asuntos Exteriores. Desde el 29 de enero de 2011 es embajador de Rusia en el Reino Unido. Está casado y tiene una hija. Habla inglés y francés.

¿Hasta qué punto es factible la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre el cese de las operaciones militares en la región adyacente al lugar del accidente? ¿Quién supervisará el cumplimiento de la resolución?

El cumplimiento de esta resolución depende de la voluntad de las partes implicadas en el conflicto. Las milicias han solicitado un alto el fuegoen varias ocasiones.

Sin embargo, Kiev solo anunció un alto el fuego que luego no se cumplió cuatro días después de la catástrofe. Se ha mantenido el fuego de artillería, incluidos los morteros, en algunas poblaciones de la región de la catástrofe. Es natural suponer que los observadores de la OSCE que ya se encuentran en territorio ucraniano podrían responsabilizarse en parte del cumplimiento de la resolución. Su mandato podría ampliarse según las exigencias del momento.

Esto no quita que el Gobierno ucraniano, en su reclamo de legitimidad, sea plenamente responsable de lo que está sucediendo en el país y de la generación de las únicas condiciones bajo las que podría haberse producido la tragedia del avión de pasajeros.

¿Cómo ha influido la catástrofe del Boeing en la relación política entre Rusia y los países de la Unión Europea? ¿Suponen las sanciones una amenaza para Rusia?

Por desgracia, la catástrofe ha agravado la retórica contra Rusia de determinados países de la Unión Europea.

Bajo la presión de Estados Unidos, se están tratando de aplicar nuevas sanciones, a pesar de la ausencia de pruebas de la participación de Rusia y de las milicias ucranianas en la tragedia, tal como se demostró en una sesión informativa confidencial de los servicios de inteligencia norteamericanos (celebrada 23 de julio).

¿Pasará Europa ahora a ser un actor independiente en la escena internacional o se mantendrá en línea con la política estadounidense? ¿Qué factores influyen en esto?

A nosotros nos encantaría que Europa, la Unión Europea, actuara de manera independiente en la política internacional. Rusia está dispuesta a formar parte de esa Europa.

Otra cosa es que toda la historia de la crisis de Ucrania, derivada supuestamente del proyecto de Bruselas para la asociación de Ucrania con la Unión Europea, parece una conspiración declarada contra la independencia de Europa. Cuesta imaginar por qué señales se guían los Estados Unidos, pero es posible que pulsen cualquier botón cuando las cosas se ponen feas. Sin duda influye también la actual situación, que no tiene precedentes, en la que se pueden observar todas las consecuencias derivadas del fin de la Guerra Fría.

En mi opinión, también influye la falta total de preparación de las élites occidentales para un desarrollo de los acontecimientos como el que se ha producido, ya sea desde el punto de vista político-psicológico como intelectual.

¿Cómo reaccionará Occidente a largo plazo ante una Rusia resurgente?

El mismo término de ‘resurgente’ desorienta. Rusia está experimentando una compleja transición a fin de convertirse en un país normal. La etapa más dolorosa de este proceso ya ha quedado atrás, por eso no hay ninguna razón para la confrontación entre Rusia y Occidente, y menos aún a largo plazo.

Es más, el concepto histórico de ‘Occidente’ se está quedando obsoleto junto con la experiencia de la Guerra Fría. A modo de pronóstico, yo remitiría al artículo de Robert LegvoldManaging the New Cold War, publicado en el último número de la revista Foreign Affairs. Lo importante es que, si esa opción es posible, esta locura no durará mucho tiempo.

¿Cuánto tiempo hará falta para superar la inercia de la Guerra Fría en las relaciones entre Rusia y Occidente? ¿Es necesario esperar al cambio de generación en las élites políticas?

En cierto modo ya he respondido a esa pregunta. Creo que no tenemos que esperar al cambio de generación de las élites políticas, ningún país podría permitirse una espera tan larga. Probablemente habrá que esperar a que se cumplan los ciclos electorales de algunos países, incluido Estados Unidos, cuyas próximas elecciones a medio mandato se celebrarán en noviembre de este año. No hay que olvidar que todos los acontecimientos de la política euroatlántica se están desarrollando en un contexto de creciente multipolaridad en la política, la economía y las finanzas globales. De modo que ya no es posible vivir en su propio mundo cerrado, mucho menos como hasta ahora. La globalización, por su parte, tampoco lo permitirá.

¿Tienen los países occidentales recursos suficientes para hacer frente a todas las nuevas crisis regionales? Ya no hablamos de África, sino de Europa y del Cáucaso.
Es evidente que, en las condiciones actuales, no hay un solo Estado o grupo de Estados capaz de hacer frente al conjunto de nuevas amenazas y desafíos planteados, incluidas las crisis regionales.

Estamos convencidos de que la solución de los problemas correspondientes a la región Euroatlántica solo se puede alcanzar por medio de un verdadero esfuerzo por parte de todos los países. Esto resulta imposible si no se recupera la confianza debilitada a lo largo de los últimos 20 años. El punto de partida debería ser la creación de un sistema de seguridad colectiva común a todas las regiones, que garantice a todos un mismo grado de seguridad sin líneas divisorias.

¿Por qué Rusia simpatiza con las milicias de las Repúblicas Populares de Lugansk y Donetsk?

No solo simpatizamos con las Repúblicas Populares de Lugansk y Donetsk porque sus ciudadanos sean de habla rusa, sino también porque hemos vivido muchos años en el marco de un Estado único y nos unen numerosos lazos históricos, familiares, económicos y de otra índole.

Esta gente solo está defendiendo unos derechos que ya se reconocen en Europa, incluidos los derechos de las minorías que el gobierno ucraniano actual les niega. Solo quieren una cosa: solucionar todos estos problemas mediante la negociación política con Kiev. Si Kiev accediera a estas negociaciones y renunciada a la represión violenta de la población de estas regiones, en principio, no habría ninguna guerra civil al sureste de Ucrania.

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