El eco soviético en las montañas de Chile

Los astrónomos rusos en Chile reanudarán su trabajo en el telescopio AZT-16. Fuente: servicio de prensa

Los astrónomos rusos en Chile reanudarán su trabajo en el telescopio AZT-16. Fuente: servicio de prensa

El 25 de junio, en el Comité Nacional de Cooperación Económica con los países de Latinoamérica, se ha celebrado la VII asamblea de la Comisión Intergubernamental Chile-Rusia.

Fuente: Román Kiselev

Los círculos oficiales y comerciales de la República de Chile valoran en gran medida la importancia de este evento, según demuestra la composición de la delegación latinoamericana, representada por los directores de organismos estatales como Andrés Rebolledo, jefe de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (este departamento del Ministerio de Asuntos Exteriores de Chile dirige todo el comercio exterior del país). Rebolledo tiene previsto reunirse con un gran número de funcionarios rusos.

El 27 de junio la delegación chilena participará en la asamblea plenaria de la comisión intergubernamental para trabajar en la firma de varios acuerdos y en el debate de iniciativas en el ámbito de la cooperación económica entre ambos países.

Además de los vínculos económicos y comerciales, en la asamblea también se ha debatido el ámbito educativo y científico de la actividad conjunta de Rusia y Chile, en particular la reanudación, después de 40 años de interrupción, del proyecto conjunto con el Observatorio Principal Astronómico de la Academia Rusa de Ciencias, que se encuentra en Púlkovo, San Petersburgo.

El Observatorio Principal Astronómico de la Academia Rusa de Ciencias está situado a 19 kilómetros al sur del centro de San Petersburgo en las colinas de Púlkovo (a 75 metros sobre el nivel del mar). El observatorio está dirigido por la Agencia Federal de Organizaciones Científicas.

Los astrónomos rusos en Chile reanudarán su trabajo en el telescopio AZT-16, fabricado por LOMO. Este telescopio está instalado en la montaña de Cerro El Roble.

“El clima astronómico chileno es el mejor del mundo. Hay muy poco vapor de agua y una mayor transparencia de la atmósfera, lo cual aumenta la precisión en las observaciones astronómicas. En un plazo de dos a cuatro semanas podríamos examinar todo el cielo del hemisferio sur”, comenta a ITAR-TASS el vicedirector científico del Observatorio de Púlkovo, Alexander Deviatkin.

En 2013 varios astrónomos rusos visitaron Chile para examinar el estado del telescopio de LOMO AZT-16 y comenzaron a trabajar en su mejora. El acuerdo con la Universidad de Chile finalizará con la recuperación de la estación de observación y permitirá a los astrónomos rusos trabajar en el mejor lugar del planeta que existe para dedicarse a la ciencia de las estrellas.

La recuperación de esta estación no es el primer evento científico importante en Latinoamérica para Rusia. Los astrónomos rusos ya han restaurado anteriormente otro observatorio en Bolivia.

Los astrónomos rusos en Chile reanudarán su trabajo en el telescopio AZT-16. Fuente: servicio de prensa

En total, en la época soviética el observatorio de Púlkovo tenía cinco estaciones remotas de observación. Además de Chile y Bolivia, había otros observatorios en Tayikistán, Armenia y Azerbaiyán.

Hace unos días, en la cima del cerro Armazones del desierto chileno de Atacama se llevaron a cabo varias explosiones en para poder crear una superficie en la que se construirá el mayor telescopio del mundo, el E-ELT (European Extremely Large Telescope), cuya nitidez de imagen será 16 veces mayor que la del telescopio Hubble.

La última etapa de su construcción finalizará en 2024. Este observatorio ayudará a los científicos a investigar las constelaciones y los planetas más alejados, así como a obtener más información sobre el origen del universo, según indica a RBTH Karen Molina, subdirectora de la Dirección de Energía, Ciencia y Tecnología e Innovación (DECYTI).

En 1968 en Cerro El Roble, a 70 kilómetros al norte de Santiago de Chile, a una altura de 2100 metros, se instaló el telescopio de doble menisco AZT-16, inventado por Dmitri Maksútov. Con este telescopio trabajaron J.I Potter y L.A. Panayotov, bajo la dirección de Mitrofan Zvérev (1903-1991, astrónomo soviético, miembro correspondiente de la Academia de Ciencias de la URSS), observando estrellas y galaxias. El observatorio fue creado según un acuerdo entre la Universidad de Chile y el Observatorio Principal Astronómico de la Academia de Ciencias de la URSS. Antes de construir el observatorio en Cerro El Roble, los astrónomos rusos trabajaban en el observatorio de Cerro Calán. Debido al golpe de estado en Chile, los astrónomos rusos se vieron obligados a abandonar el país, dejando allí toda su maquinaria.

Según explicó, “Chile ha avanzado mucho en la esfera astronómica. Existen alrededor de 42 telescopios instalados al norte del país. Pero también hay otros proyectos bastante importantes como el GMT (Gran Telescopio de Magallanes), el LSST (Gran Telescopio de Exploración Sinóptico), así como proyectos japoneses y europeos que se realizan en colaboración con diversas instituciones.

Karen Molina, subdirectora de la Dirección de Energía, Ciencia y Tecnología e Innovación (DECYTI)

Por ley Chile posee el 10% de cada uno de estos telescopios. Sin embargo, a pesar del aumento de la comunidad astronómica chilena, esta sigue siendo bastante pequeña. Hoy hay en el país unos 100 astrónomos, por lo que la colaboración internacional en este campo es muy importante. La instalación de observatorios también sirve de grandes escuelas de ingeniería”.

Rusia tiene interés en colaborar en la modernización del abandonado telescopio situado en el cerro El Roble, donde hace más de 40 años trabajaron científicos soviéticos procedentes de Púlkovo.

Actualmente la Universidad de Chile está a cargo del telescopio y están muy interesados en modernizarlo. Los científicos valoran su gran potencia y consideran que sería una desventaja no volver a ponerlo en marcha.

Hace un año una delegación rusa del observatorio de Púlkovo visitó el telescopio y acordaron avanzar conjuntamente en la renovación del aparato. “Estamos interesados en apoyar este iniciativa. Consideramos que es muy importante que Rusia active su participación en el desarrollo astronómico en este proyecto”, dice Karen Molina.

Por su parte, a fines de junio una delegación chilena llegará a San Petersburgo para identificar áreas de investigación conjunta donde poder colaborar y concretar la inversión en el telescopio.

Por su parte, se está negociando un acuerdo entre los Ministerios de Educación de ambos países para fortalecer el intercambio de académicos en diferentes áreas, así como un acuerdo intergubernamental de cooperación científica, explicó la subdirectora. Los diplomáticos latinoamericanos subrayaron que existen los instrumentos y la disposición para aumentar la colaboración, de modo que se trata de acordar y concretar los términos. 

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