La
operación "punitiva" lanzada esta mañana por las fuerzas
armadas ucranianas en el sureste de ese país "ha destruido de
hecho" la esperanza de un arreglo pacífico de la crisis tal
como se acordó en Ginebra, dijo hoy Dmitri Peskov, portavoz del
presidente ruso, Vladímir Putin.
"Hablando
en general, mientras Rusia hace esfuerzos para rebajar la tensión y
arreglar el conflicto, el régimen de Kiev ordenó a su aviación de
combate disparar contra ciudades y pueblos, y lanzar una operación
de castigo que de hecho ha destruido toda esperanza de viabilidad de los
acuerdos alcanzados en Ginebra" el 17 de abril, dijo, acerca del
encuentro entre Rusia, EEUU, la UE y Ucrania.
"Durante
una reciente visita a Minsk, Putin ya dijo que una acción así sería
criminal", señaló el portavoz, en referencia a las
advertencias de días pasados del Kremlin a las autoridades
ucranianas en contra de una operación en el sureste el país contra
las milicias prorrusas.
Peskov
afirmó que el Kremlin está "extremadamente preocupado"
por el hecho de que en la zona de la operación militar hay
periodistas rusos y de otros países, y pidió a las autoridades de
Kiev que garanticen su seguridad.
También
dijo que el Kremlin había perdido el contacto con Vladímir Lukin,
el enviado del presidente, que viajó a Slaviansk para lograr la
liberación de los inspectores militares europeos secuestrados por
las milicias prorrusas desde hace una semana.
Lukin,
exdefensor del pueblo ruso, llegó al sureste de Ucrania ayer,
jueves, con instrucciones de Putin para mantener negociaciones sobre
la liberación de los observadores militares retenidos en
Slaviansk.
Poco
después, las agencias rusas Interfax y RIA Novosti informaron de que
habían conseguido comunicarse con Lukin.
Por su parte, el
Ministerio de Exteriores de Rusia exigió hoy al Gobierno de Kiev que
cese "inmediatamente la operación de castigo" que lleva a
cabo en el sureste del país contra las milicias prorrusas, y pidió
asimismo a Occidente el fin de su "política destructiva
respecto a Ucrania".
En
un comunicado, la Cancillería rusa denunció, además, que entre las
fuerzas que esta madrugada lanzaron la ofensiva para retomar el
control de la ciudad de Slaviansk "fueron vistos extranjeros de
habla inglesa".
El
departamento encabezado por Serguéi Lavrov calificó de "inaceptable
cualquier tipo de injerencia externa en los sucesos de
Ucrania".
"Recordamos
a este respecto que Washington nunca desmintió con claridad
anteriores evidencias sobre la presencia en Ucrania de miembros de
una organización militar privada. Como se sabe, estas organizaciones
militares privadas no trabajan en el extranjero sin el consentimiento
del Departamento de Estado de EEUU", señala el texto.
El Ministerio acusó a Kiev de emplear en la operación de las fuerzas armadas a "terroristas" del grupo ultranacionalista Sector de Derechas. Y exigió "el cese inmediato de la operación de castigo y de cualquier violencia contra su propio pueblo", así como "la liberación de los presos políticos y que se garantice a los periodistas plena libertad para trabajar".
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