Las relaciones entre Rusia y EE UU se reducen a la mínima expresión

La embajdora estadounidense ante la ONU, Samantha Power (a la derecha) y su homólogo ruso Vitali Churkin poco antes del veto ruso a la resolución sobre el referéndum en Crimea. Fuente: Reuters

La embajdora estadounidense ante la ONU, Samantha Power (a la derecha) y su homólogo ruso Vitali Churkin poco antes del veto ruso a la resolución sobre el referéndum en Crimea. Fuente: Reuters

Barack Obama ha firmado una ley para apoyar la soberanía de Ucrania. Los expertos aseguran que el gobierno estadounidense no se propone anunciar nuevas sanciones próximamente, aunque la colaboración bilateral entre Washington y Moscú está ya casi olvidada. El Kremlin, por su parte, asegura que no se esforzará para convencer a la Casa Blanca para retomar las relaciones.

“La administración de Estados Unidos sigue siendo víctima de sus propios errores y se deja llevar por su falsa percepción acerca de lo sucedido en Ucrania y en Crimea, así como de la posible salida de la crisis ucraniana”, declaraba tajante Serguéi Riabkov el viceministro ruso de Asuntos Exteriores a la agencia ITAR-TASS.

Según este, “ninguna sanción (ni las ya introducidas ni las que podrían introducirse en el nuevo marco legal) puede tener ni tendrá para Washington el efecto que ellos desean”.

Cabe recordar que ya antes de la firma de la nueva ley, el presidente de Estados Unidos se reservó el derecho a pasar a la siguiente fase de presión sobre la Federación Rusa introduciendo limitaciones económicas.

Los expertos rusos, sin embargo, opinan que Washington no hará uso de esta opción. “El cuarto paquete de sanciones (contra los principales sectores económicos de Rusia) fue anunciado como respuesta a una posible continuación del avance de Rusia hacia el este de Ucrania. Cuando no parecía que Rusia fuera a hacer ningún movimiento”, declara el presidente del Consejo de Política Exterior y de Defensa, Fiódor Lukiánov.

Además, el experto está convencido de que en lugar de introducir nuevas sanciones, Estados Unidos intentará reducir la interacción con Rusia “en todos los ámbitos en los que sea posible”.

De hecho, a día de hoy ya prácticamente no queda nada de las relaciones bilaterales. En cuanto se hizo pública la celebración del referéndum de Crimea, Washington anunció la interrupción de su colaboración con Moscú en el ámbito militar, y congeló varios proyectos de acuerdos en el ámbito económico.

Tras la adhesión de Crimea a Rusia, Washington detuvo la interacción con Moscú en la lucha contra el narcotráfico, así como la cooperación en algunos proyectos relacionados con el uso de la energía nuclear con fines pacíficos.

Además, la NASA anunció la interrupción de todos los contactos existentes con sus colaboradores rusos, excepto en lo que concierne a la Estación Espacial Internacional. La Casa blanca lanzó el ataque más doloroso contra las relaciones bilaterales, tras anunciar que dejaba de participar en la comisión presidencial ruso-estadounidense. 

La comisión presidencial: una nueva víctima de la crisis de Ucrania

Esta comisión fue creada en julio de 2009 durante una visita a Moscú del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en el punto más alto del famoso “reinicio” de las relaciones entre Moscú y Washington.

La comisión estaba formada por unos 20 grupos de trabajo. Entre otros, había grupos especializados en energía nuclear, control de armamento, lucha contra el terrorismo, desarrollo de los vínculos comerciales, relaciones comerciales y económicas, agricultura y sanidad.

Hace un año, Estados Unidos abandonó el grupo especializado en sociedad civil como signo de protesta a la ley sobre ONGs, que calificaba como agentes extranjeros a las que recibiesen financiación exterior.

Sin embargo, en junio de 2013 apareció un nuevo grupo de trabajo para la colaboración en el ámbito de la seguridad internacional de la información. Más de 60 instituciones estatales rusas y estadounidenses estaban involucradas en esta comisión. Durante toda su existencia se han celebrado más de 500 encuentros bilaterales, intercambios y cursos de formación.

Los expertos estadounidenses opinan que las relaciones bilaterales con Rusia tampoco tenían un gran valor para Estados Unidos. Según la directora del Centro de Investigaciones de Eurasia, Rusia y Europa del Este de la Universidad de Georgetown, Angela Stent, “Moscú, aunque sea de manera indirecta, es importante para Washington en lo que respecta a sus objetivos más amplios en materia de política internacional, como Afganistán, Irán o las conmociones políticas del mundo árabe”.

Esta misma opinión la compartía con el periódico Kommersant el antiguo embajador estadounidense en la Federación Rusa, Michael McFaul. La anulación de la cooperación bilateral con Moscú permitirá a Barack Obama huir de las acusaciones de falta de carácter, evitando  al mismo tiempo los riesgos para la economía mundial que pudieran derivarse de unas sanciones financieras contra Rusia.

Alexander Lukashévich, representante del Ministerio de Asuntos Exteriores de la Federación Rusa, recuerda al comentar la decisión de Washington de abandonar la comisión presidencial que esta “se creó teniendo en cuenta los intereses tanto rusos como estadounidenses, con el objetivo de iniciar un mecanismo de diálogo directo entre departamentos, grupos comerciales y ciudadanos de Rusia y Estados Unidos”.

“Sin embargo, ahora, reaccionando emocionalmente al hecho de que la situación en Crimea y en Ucrania no se esté desarrollando como querían, los estadounidenses se están dejando llevar por la idea de cuanto peor salga, mejor para nosotros, sin tener en cuenta las consecuencias”, indica el diplomático.

El Kremlin también se ha mostrado perplejo por la decisión de la Casa Blanca. “Hemos recibido esta noticia (la de la interrupción de la participación de Estados Unidos en la comisión) con tristeza, como no podía ser de otra manera, - declaraba Dmitri Peskov, secretario de prensa del presidente de la Federación Rusa. – De ese modo nos vemos completamente privados de canales de cooperación para todo tipo de cuestiones de gran importancia”.

A la pregunta sobre si habrá algún tipo de iniciativa por parte de Moscú para reanudar el trabajo de la comisión, Peskov respondía: “Eso queda descartado, una simpatía así no se puede forzar”. 

Artículo publicado originalmente en ruso en Kommersant.

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