Fuente: Reuters
Gleb Pavlovski, director del Fondo de Política Eficiente:
"Si Putin decide hacer un gesto firme, no enviará al Ejército. Pero si ha decidido mandarlo, retrasará esta decisión hasta que haya un argumento fuerte. Pero como la situación en Ucrania cambia cada 15 minutos, cualquier pelea callejera puede interpretarse como una amenaza para la Flota del Mar Negro.
Hay que recordar sin embargo hasta qué punto el envío de tropas sería peligroso y sin marcha atrás. Los soldados rusos, al verse en territorio ucraniano, donde hoy en día no hay control estatal, se convertirían en una pelota a la que todo el mundo comenzará a dar patadas. Las unidades armadas no identificadas extraoficiales que tiran cócteles molotov a los soldados rusos no arriesgan nada. Rusia, sin embargo, se encuentra en una situación vulnerable. La entrada del Ejército ayudará a la revolución en Ucrania.
Nuestra tarea ahora mismo es mantener el problema local. Por supuesto que tenemos derecho a obtener garantías de nuestros intereses en Crimea, así como garantías de que se devuelva el crédito de 2.000 millones de dólares. Pero no le veo sentido a enviar un contingente de soldados que se convertiría en el blanco de toda Ucrania.
En el plano internacional el envío de tropas sería contemplado como una agresión y provocaría un descenso catastrófico de la autoridad de Rusia en el mundo. Entre los socios de la CEI (antiguas repúblicas soviéticas), una decisión como esta, provocaría desconfianza, algo que les podría pasar también a ellos. Obama estará feliz y nosotros perderemos a Ucrania. Dentro de Rusia provocará una ruptura entre el gobierno y la clase media que no quiere pagar por una guerra que tiene que luchar.
Sí, Occidente se ha portado muy mal no intentando proteger a Yanukóvich después de firmar un acuerdo con él. Putin tiene razones para estar enfadado, pero no podemos permitirnos pagar las consecuencias de esto durante decenios".
Alexéi Chesnakov, director del Centro de Coyuntura Política:
"La decisión de Putin sobre el momento y el lugar de la utilización de tropas en territorio de Ucrania dependerá de hasta qué punto se agrave la situación. Si los radicales llevan a cabo una movilización obligatoria y continúan amenazando a civiles, entonces la decisión puede tomarse bastante rápido. Si los radicales reducen el grado de belicosidad, entonces no hará falta meter al Ejército.
Se entiende que la aparición en territorio ucraniano de un contingente ruso sería una señal para que los radicales se activaran aún más, especialmente en la parte occidental y central del país. Pero es difícil que este factor influya fuertemente en Putin a la hora de tomar la decisión.
Hay que tener en cuenta que una parte significativa de la comunidad internacional reaccionaría de forma extremadamente negativa ante si Rusia introdujera el ejército. Pero en la actual situación el jefe del Estado tendrá que guiarse por los intereses y valores nacionales".
Konstantín Kalachev, director del Grupo de Expertos en Política:
"Me parece que es una guerra de nervios. A partir de aquí todo dependerá enormemente del actual Gobierno de Ucrania, de si comprenden el mensaje de Rusia o prefieren agudizar el conflicto. El mensaje es el siguiente: no tenemos intención de mantenernos como observadores pasivos, pero esto no significa que el Gobierno ruso esté dispuesto a cruzar la línea roja. La decisión del Consejo de la Federación se puede interpretar más bien como un llamamiento para que haya unas negociaciones serias.
Si se mandan tropas todo dependerá de hasta qué punto se aplique la fuerza.
Si hablamos del control de las infraestructuras y el mantenimiento del orden, es una cosa. Si el resultado es la provocación, de cualquiera de las partes, y hay víctimas, ya sería otra cosa. En Crimea puede que reciban a los soldados de forma amistosa, pero en otras regiones, incluida Járkov, la situación no está tan clara.
Si hablamos de las consecuencias internacionales para Rusia, en caso de que mande al Ejército, ganará aquel que tenga los nervios más fuertes. Obviamente la comunidad internacional emitirá duras declaraciones, puede que de ahí en adelante se hable de una operación de paz internacional en Ucrania. Pero esta cuestión no es la de hoy y ni siquiera la de mañana.
El aislamiento internacional de Rusia tan solo es posible en un caso: un derramamiento masivo de sangre en Ucrania".
Stanislav Bolkovski, politólogo:
"Creo que lo que está sucediendo aquí es un guion acordado para llevar a Yulia Timoshenko al poder. Tiene muy buenas relaciones con Putin, son amigos y socios. Timoshenko quiere ser presidenta de Ucrania, pero es impopular en Maidán.
Imaginemos que ahora Timoshenko sale al frente y arregla la situación en Rusia. Se convertiría en presidenta. No estoy seguro de esta información al 100%, pero me parece una versión convincente".
Artículo publicado originalmente en ruso en Gazeta.ru.
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