La guerra se resolverá sin la participación de Siria

Encuentro entre Serguéi Lavrov, ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, y Ahmed Yarba, presidente de la Coalición Nacional para las Fuerzas de la Oposición y la Revolución Siria, en Moscú. Fuente: Reuters

Encuentro entre Serguéi Lavrov, ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, y Ahmed Yarba, presidente de la Coalición Nacional para las Fuerzas de la Oposición y la Revolución Siria, en Moscú. Fuente: Reuters

De acuerdo con la información de los medios, EE UU ha propuesto a Rusia un nuevo formato para la resolución de la crisis en Siria: unas negociaciones en las que participen los principales patrocinadores de la oposición a el Asad: Arabia Saudí y Turquía, así como del principal aliado de Damasco, Irán. Los expertos rusos se encuentran divididos en cuanto a la eficacia de esta medida.

Durante las negociaciones que tuvieron lugar en Múnich a finales de la semana pasada, el ministro de Asuntos Exteriores de la Federación Rusa, Serguéi Lavrov, y el secretario de Estado de los EEUU, John Kerry, los estadounidenses propusieron crear un mecanismo adicional de resolución del conflicto sirio. Esto es lo que relató una fuente diplomática rusa al periódico Kommersant y que fue posteriormente confirmado por el Departamento de Estado de los EE UU.

Se trataría de un formato regional que debería complementar las negociaciones internas de Siria dentro del marco de la conferencia Ginebra 2. Los estadounidenses proponen incluir en esta senda paralela a cinco participantes: la Federación Rusa, EEUU, Arabia Saudí, Turquía e Irán.

La elección de los países es completamente lógica. Rusia y EE UU juegan un papel principal en la resolución de la crisis siria. Arabia Saudí y Turquía son los principales patrocinadores de los opositores al régimen sirio e Irán es su principal aliado.

Hasta el momento la parte rusa no ha aprobado esta oferta de Estados Unidos. La cuestión es que Moscú ya ofreció el año pasado a Washington añadir al formato de negociaciones internas sirias la participación regional. Pero en aquel momento los EE UU no consideraron que la iniciativa fuera oportuna.

No se descarta que el radical cambio de la posición de EEUU esté condicionado por los modestos resultados alcanzados la semana pasada en la primera ronda de negociaciones de Ginebra-2.

En una entrevista a Rusia Hoy el colaborador científico del Instituto de Estudios Orientales de la Academia de Ciencias de Ruisa, Vasili Kuznetsov, señaló que el formato regional es altamente reclamado "ya que los regímenes de la región juegan un papel más importante en la crisis siria que los estados del resto del mundo".

"Las relaciones entre Arabia Saudí e Irán son ahora el principal problema de la región. Sin embargo no llegarán rápido a un acuerdo, ya que hay una fuerte desconfianza mutua. Las principales esperanzas recaen en que ambas partes tienen ahora nuevos gobiernos. Además, tanto las élites saudíes como iraníes comprenden que la situación en Siria ha entrado en un callejón sin salida", dijo el experto.

Vasili Kuznetsov recalcó que ahora es importante crear un sistema de garantías regionales que permita la coexistencia pacífica de los diferentes grupos étnicos y confesionales de Siria durante el periodo de transición. Añadió que sería oportuno invitar a la ONU a las negociaciones.

La profesora del MGIMO, Marina Sapronova, es escéptica con la iniciativa estadounidense. Según ella, incluso en el caso de que Irán y Arabia Saudí llegaran a un acuerdo, no hay garantías de que la oposición y el Gobierno sirio apliquen las decisiones. "Parece más una maniobra diplomática con el fin de ganar tiempo, ya que durante el verano deberían celebrarse elecciones presidenciales en Siria, lo que podría cambiar radicalmente la situación", considera esta entrevistada por Rusia Hoy.

Mientras tanto, los observadores señalan que la iniciativa de EE UU para la creación de un formato regional, excluye en la práctica a la Unión Europea de las negociaciones. Fuentes diplomáticas de Moscú creen que esto está relacionado con el papel poco constructivo que jugaron algunos representantes de los países europeos en las negociaciones que tuvieron lugar el otoño pasado entre Irán y el grupo de los Seis, compuesto por los cinco países del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania.

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