Ginebra 2 se debate en Múnich

Ban Ki-moon, John Kerry y Seguéi Lavrov en la Conferencia de Seguridad de Múnich. Fuente: AP

Ban Ki-moon, John Kerry y Seguéi Lavrov en la Conferencia de Seguridad de Múnich. Fuente: AP

Además de la tensa situación en Ucrania, el tema central de la 50ª Conferencia de Seguridad de Múnich fue el conflicto en Siria. Justo después de aterrizar el pasado viernes por la tarde en la capital de Baviera, el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, se incorporó a un debate sobre las negociaciones en el país árabe.

Lavrov mantuvo primero un encuentro cara a cara con el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, y más tarde con el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon y el mediador de la ONU y la Liga Árabe, Lajdar Brahimi.

Brahimi llegó a Múnich directamente desde Ginebra, donde el 31 de enero finalizaba la primera ronda de negociaciones entre las delegaciones del gobierno oficial de Damasco y la oposición. El diplomático argelino declaró que las negociaciones respecto a Siria deberían reanudarse el 10 de febrero, y expresó su deseo de que en el futuro se desarrollen en un ámbito más constructivo.

Según informa a Rusia Hoy una fuente en la Representación Permanente de la Federación Rusa ante la ONU y otras organizaciones internacionales en Ginebra, “por ahora no se han encontrado soluciones prácticas de gran importancia, aunque tampoco se puede decir que no haya esperanzas”.

Brahimi expresó de forma parecida su opinión en Múnich: “La diferencia entre las posiciones de cada una de las partes es bastante amplia. Yo tampoco esperaba un resultado concreto. El hielo se rompe lentamente, pero se va rompiendo. Espero que la segunda ronda de negociaciones sea más constructiva y productiva”.

Como muestra del escaso avance conseguido figura un cierto progreso en cuanto a la asistencia humanitaria a los miles de palestinos que viven en un campamento de refugiados de Yarmuk, en Damasco. Los refugiados palestinos llevan allí desde antes del conflicto en Siria. Además de esto, según Brahimi, se ha conseguido menos de lo esperado en términos de ayuda humanitaria a los habitantes de Homs y del intercambio de prisioneros entre el gobierno y los sublevados. “Entre las partes existen grandes diferencias, eso es algo que no podemos negar”, señala este.

Estas diferencias afectan, en primer lugar, al gobierno de transición en Siria. Los representantes de la Coalición Nacional para las Fuerzas de la Revolución y la Oposición Siria (CNFROS) esperaban comenzar el pasado jueves un debate sobre el número de miembros de la coalición que participarían en el nuevo gobierno, así como sus poderes.

Sin embargo, la delegación del gobierno oficial de Damasco impuso como su prioridad la lucha contra el terrorismo. Para evitar una posible ruptura de las negociaciones, Ban Ki-moon llamó a los impulsores de Ginebra 2, Rusia y Estados Unidos, a participar más activamente en el proceso.

Como respuesta, Kerry aseguró que estaba trabajando con Lavrov para intentar implicar al gobierno de Bashar al-Asad en el proceso de paz. “Tenemos buenas razones para creer que Asad debería estar más interesado en participar inmediatamente en las negociaciones”, declaró el norteamericano, aunque no especificó de qué razones se trata.

Lavrov, por su parte, reconoció que se está ejerciendo una gran presión sobre Rusia para que Moscú intervenga en Damasco. Sin embargo, Rusia sola no puede conseguir nada si los países que apoyan a la oposición no siguen su ejemplo. El ministro ruso de Asuntos Exteriores desarrolló esta idea al día siguiente en la Conferencia de Múnich. “Rusia sola no puede hacer nada, - declaraba Lavrov. – Es importante que todos los participantes exteriores, en lugar de dedicarse a promover a sus 'protegidos' sirios como únicos representantes legítimos del pueblo sirio, se esfuercen por conseguir que las partes en conflicto sirias se queden en Ginebra y continúen las negociaciones sin cerrar la puerta”.

Lavrov señalaba que el diálogo iniciado en Ginebra se debe volver auténticamente representativo lo antes posible.

Todos los que influyen en la oposición deben conseguir que a la mesa de negociaciones se sienten representantes de toda la sociedad siria. Precisamente esta exigencia figura en la resolución 2118 del Consejo de Seguridad de la ONU que aprobaba el Comunicado de Ginebra del 30 de julio de 2012 y promovía la celebración de una conferencia para llevarla a cabo”, recordó Lavrov. 

 

El ministro ruso volvió a advertir a la élite política euroatlántica de que este largo y violento conflicto ha convertido Siria en un reducto de extremistas y terroristas procedentes de todo el mundo y nadie sabe cómo aplicarán lo que han vivido allí cuando vuelvan a sus países.

Las atrocidades que han cometido contra cristianos y otras minorías en los países de Oriente Próximo son alarmantes”, recordaba Lavrov.

Cabe señalar que el líder de CNFROS, Ahmed Yabra, viaja el 3 de febrero a Moscú, donde tiene previsto encontrarse con Lavrov mañana para debatir las prioridades de la segunda ronda de negociaciones sobre Siria de Ginebra 2.

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