La sanidad rusa, en busca de modelo

La delegación rusa visitó el Banco de Sangre y Tejidos de Barcelona. Fuente: Maite Montroi

La delegación rusa visitó el Banco de Sangre y Tejidos de Barcelona. Fuente: Maite Montroi

Una visita de médicos rusos a Barcelona da pie a comparar los sistemas sanitarios de Rusia y España y constatar déficits importantes.

Primero fueron los pacientes y ahora son los médicos. Cada vez son más los profesionales de la sanidad que ven la necesidad de salir de Rusia en busca de formación y de aprender de la experiencia de otros sistemas sanitarios para intentar mejorar el propio. 

Uno de los modelos en los que se han fijado es el español. Con motivo de la visita de una delegación rusa a diversos centros médicos de Barcelona, Rusia Hoy ha podido conversar con facultativos rusos y españoles, quienes han puesto de relieve las similitudes y diferencias de ambos sistemas. 

En la conversación, salen a relucir algunos déficits importantes de la sanidad rusa, como la necesidad de formación de médicos y gestores; la falta de engranaje entre sistema público y privado y la baja confianza entre doctores y pacientes. 

¿Donar sangre debe tener premio? 

“¿Los donantes de sangre no reciben aquí dinero o alguna gratificación por su acción?”, pregunta  Alexéi Abramov, especialista en tuberculosis de Kursk. “No”, contesta la directora técnica del Banco de Sangre y Tejidos de Barcelona, Pilar Ortiz. “¿Ni siquiera una medalla a los que donen más?”, insiste el facultativo ruso. “Antes dábamos un bolígrafo, pero ahora ni eso”. 

La respuesta causa estupor entre la delegación, formada por una treintena de médicos de todo el territorio ruso. Explican que en su país los donantes reciben dos días de fiesta o una pequeña cantidad de dinero, unos 10 euros. Este es un tema de plena actualidad en Rusia, donde se teme que la supresión de la gratificación pueda comportar una bajada en la donación. 

“¿Y cómo se consigue que la gente done sangre, entonces?”. Quien interroga ahora es Lolita Totinova, pediatra de Kaliningrado, quien también le llama la atención la mayor centralización que existe del sistema sanitario ruso, en comparación con el español, donde las competencias en sanidad están territorializadas.

“Con campañas de sensibilización y llamadas al altruismo”, es la respuesta de la doctora Ortiz. Estas campañas empiezan en las escuelas; continúan en las universidades –donde hay un muy alto índice de donantes- y también en centros de trabajo; en el Parlamento –los políticos suelen fotografiarse donando sangre para dar ejemplo-; en la calle, en acontecimientos diversos… 

Gestión pública y privada

Como habrá deducido el lector, el Banco de Sangre es uno de los centros médicos que visitan los médicos eslavos. Pero el recorrido también incluye un centro de atención primaria, un hospital grande y uno mediano –en cuanto al sistema sanitario público-; así como una clínica privada, un laboratorio, centros especializados, etcétera. 

A la odontóloga Olga Leónova, de Tambov, le ha sorprendido sobre todo la clínica dental Aparicio. “Centros privados de estas dimensiones en Rusia no existen. Hay clínicas pequeñas”, señala. Otra de las diferencias, no menor, es el precio de los tratamientos, considerablemente más caros en el país eslavo. 

La visita de los médicos rusos ha sido organizada por la empresa MPTS, que se dedica a traer a altos ejecutivos de diversas partes del mundo a la zona de Barcelona. Uno de sus responsables, Josep Bertran, asegura que el 80% de sus clientes son rusos y, entre ellos, destacan los médicos, aunque también ha trabajado para empresas del sector alimentario, financiero o del transporte. 

Formación y tecnología 

El hospital de Palamós mantiene también buenas relaciones con Rusia. Además de contar entre sus pacientes con muchos ciudadanos rusos que van a hacer turismo a la Costa Brava o que viven en Lloret de Mar o Platja d’Aro (provincia de Girona), también han empezado a intercambiar experiencias con profesionales de aquel país. 

Hace poco un grupo de facultativos vino a formarse en reproducción asistida, una disciplina en la que los hospitales españoles tienen una dilatada experiencia, a diferencia de los rusos, ya que allí esta práctica está mucho más restringida. 

Además, “los hospitales comarcales de Cataluña –como el de Palamós- tienen una tecnología muy avanzada”, explica la responsable de la línea privada del hospital, Montserrat Tura. La doctora, que meses atrás estuvo dando una conferencia en Rusia sobre gestión hospitalaria, admite que una de las motivaciones de esta experiencia es conseguir fondos para compensar los recortes en el sistema sanitario público español. 

Precisamente la reproducción asistida, junto con la odontología, pediatría y, sobre todo, la cirugía estética son las especialidades más demandadas por parte de los médicos rusos que optan por ampliar su formación a través del consorcio Barcelona Centro Médico, que agrupa una decena larga de hospitales. 

Con todo, se trata de una demanda aún incipiente. De hecho, este consorcio, que existe hace casi 30 años, hace alrededor de un año que se dedica a formar médicos rusos.  La cifra de facultativos en formación es mucho menor a la de pacientes rusos que vienen a tratarse a Barcelona –estos sí se cuentan por miles- y es una práctica mucho menos lucrativa.

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