Analistas consideran que ninguna de las dos partes está interesada en crear un escándalo. Fuente: AP
La mayoría de las personas han vuelto a Rusia. De los 49 acusados tan solo quedan once de los acusados: cinco de ellos trabajan en la misión rusa en Naciones Unidas, uno en la embajada rusa en Washington, y el resto son esposas de diplomáticos. El diario Kommersant informó de que volverán a Rusia dentro de poco.
En total, se han iniciado cargos contra 49 rusos, entre ellos empleados en activo del consulado general, miembros de la misión comercial y algunos de la misión permanente en la ONU, así como sus familiares.
Han sido acusados de aportar evidencias falsas de sus ingresos, que al reducirlos de manera significativa, han obtenido beneficios médicos en EE UU. Por ejemplo, Vitali Sagura, empleado del consulado general de Nueva York, proporcionó documentos que aseguraban unos ingresos de 29.000 dólares anuales.
Según los investigadores, estos estaban firmados por representantes de la misión diplomática. Al parecer su salario era de 5.160 dólares mensuales. Y se dice que recibió beneficios de 37.000 dólares de parte de EE UU.
Las fuerzas de seguridad declararon que les llamó la atención que hubiese tal número de solicitudes para obtener beneficios médicos por parte de las instituciones diplomáticas rusas en Nueva York.
Todas las solicitudes se dirigían a programas relacionados con los más necesitados en EE UU. En concreto a programas durante el embarazo, el nacimiento o de medicina infantil. Según los cargos, desde 2004 hasta 2013, los diplomáticos rusos tuvieron 63 hijos, y los padres de 58 de ellos (el 92 %) solicitaron y recibieron asistencia financiera por parte de Medicaid.
Este programa ofrece asistencia médica e incentivos financieros a los los residentes en el pías con unos ingresos menores a 3.052 dólares por familia al mes.
Fuentes diplomáticas rusas declaran que las acusaciones están motivadas políticamente o incluso que son una provocación. Otra fuente declaró que es una práctica internacional habitual para las autoridades acudir directamente a la misión diplomática con todas las cuestiones referidas a los diplomáticos. En algunos casos los problemas se resuelven tras varias clarificaciones, en otros es necesario tomar otras serie de medidas.
"Todos los problemas se resuelven a nivel diplomático. Escribir que han quebrantado la ley a lo largo de nueve años, sin hacer ninguna pregunta, y de repente aparecer con una acusación, eso es un asunto político", citó Kommersant a fuentes diplomáticas rusas.
"Querían representar un espectáculo y ya lo tienen. Investigar al personal diplomático es una violación de la Convención de Viena. Recoger información sin permiso legal y publicarla en un lugar accesible supone dar un paso más allá del marco legal", declaró la misma fuente.
Víktor Kremenyuk, director asistente del Instituto de Estudios para EE UU y Canadá, declaró al canal ruso de televisión Dozh que no pensaba que fuera algo contra Rusia.
"El tono de ofensa de la parte rusa supuso un problema", declaró. "En primer lugar, había confusión porque se trataba de un gran número de diplomáticos. Segundo, entre estas personas había personas o hijos de personas con bastante influencia, así que se ha tratado de protegerlos".
Kremenyuk declaró que estaba decepcionado con la reacción del Ministerio de Defensa ruso. Podrían haberse puesto de acuerdo para aclararlo, pero en su lugar "declararon de repente que se trataba de casi una provocación. En cualquier caso, los estadounidenses llevarán a a estas personas al aeropuerto y los despedirán".
Mientras tanto, los expertos señalan que las principales acusaciones provienen del fiscal de Nueva York, Preet Bharara, que tiene prohibida la entrada a Rusia debido a una lista elaborada por Moscú, que algunos consideran respuesta al acta Magnitski.
En abril EE UU vetó la entrada de 18 rusos por presuntas violaciones de derechos humanos. Por su parte, Bharara se encuentra en una lista de Moscú como una "persona implicada en la violación de los derechos y libertades de los rusos en el extranjero", por su papel en la extradicción de Víctor Bout y Konstantín Yaroshenko a los EE UU acusasdos de contrabando.
"El momento escogido y el hecho de que lo hiciese un grupo de personas que había actuado contra Bout y Yaroshenko son significativos", declaró Yuri Rogulev, director de la Fundación investigadora Franklin Roosevelt en la Universidad Estatal de Moscú.
"La investigación se llevó a cabo durante años, pero solo ahora se ha informado. Esto se debe a la situación de las relaciones ruso-norteamericanas actualmente".
En cualquier caso, la mayoría de los analistas cree que ni EE UU ni Rusia están interesados en protagonizar un escándalo. Marie Harf, portavoz del Departamento de Estado, reconoció que los diplomáticos extranjeros tienen derecho a la asistencia médica por parte de las autoridades federales. "No creemos que vaya a afectar a nuestras relaciones con Rusia. Estas son mucho más profundas, estrechas y complicadas que esto", zanjó.
Artículo basado en material de Kommersant and Dozhdj TV channel.
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