Ucrania y los costes de la integración europea

Viktor Yanukóvich y Vladímir Putin durante un encuentro bilateral. Fuente: AFP / East News

Viktor Yanukóvich y Vladímir Putin durante un encuentro bilateral. Fuente: AFP / East News

La decisión de Kiev de esperar para firmar el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea provocó una tormenta de indignación en las estructuras europeas pero en realidad hay todo un conjunto de factores económicos y políticos que forzaron al presidente Viktor Yanukóvich a aplazar la integración europea.

El primer ministro de Ucrania, Nikolai Azárov, había declarado con anterioridad que la asociación con la Unión Europea conllevaría muchos gastos. Solo en la introducción de los estándares tecnológicos de la UE KIev tendrá que gastar de 100.000 a 160.000 millones de euros durante los próximos diez años. Ucrania carece de este dinero.

Al mismo tiempo el comercio también se ha visto amenazado. Desde que comenzó la parte más activa del proceso de integración europea, el volumen de exportación de Ucrania a Rusia cayó en un 25 %, informó a Gazeta.ru Oleg Noguinski, presidente de la dirección de la asociación ucraniana 'Proveedores de la Unión Aduanera'.

El primer ministro ucraniano Nikolái Azárov, criticó las duras exigencias del FMI para refinanciar los créditos concedidos a Ucrania en 2008 y 2010: "Incremento de las tarifas de gas y calefacción para la población en un 40 %, congelación de los salarios, notorio recorte del gasto público, recorte de las subvenciones energéticas".

“Todas las empresas del suroeste del país se vieron afectadas”, lamenta Kolesnichenko, diputado de la Rada suprema del oficialista Partido de las Regiones. Desde agosto Ucrania viene perdiendo de 15.000 a 20.000 puestos de trabajo al mes. Durante este periodo se perdieron cerca de 30.000-40.000 millones de grivnas (675-900 millones de euros) en intercambios comerciales, informó el viceprimer ministro de Ucrania, Yuri Boiko.

Moscú considera que la zona de libre comercio entre la UE y Ucrania perjudicará a la economía rusa. En este caso Rusia introduciría una tarifa arancelaria única y además endurecería las normas de inspección aduanera para defender el mercado interior de la reexportación de mercancías de Europa y Turquía. Actualmente no se aplica una tasa arancelaria a la producción procedente de Ucrania, la única excepción es el azúcar blanco, y además las mercancías se tramitan con un procedimiento simplificado.

Durante el fin de semana ha tenido lugar una manifestación por el centro de Kiev para pedir al gobierno ucraniano que firme el Acuerdo de Asociación con la UE. Según los organizadores, a la plaza Europa donde se celebró el mitin acudieron más de 100.000 manifestantes, mientras que la policía cifró en cinco veces menos el número de participantes en la convocatoria.

Anteriormente los medios de comunicación habían informado que con la firma del Acuerdo de Asociación Ucrania obtendría unos beneficios de 487.000 millones de euros y Europa obtendría unos 391.000 millones de euros. Sin embargo, estas cifras no se basaban en prospecciones realistas y aparecieron en el marco de una campaña publicitaria financiada por la UE.

Los partidarios de la Unión Aduanera exponen unas cifras más concretas. “El ahorro directo en el presupuesto estatal por el ingreso en la Unión Aduanera podría ser de 6.000 a 9.000 millones de dólares anuales solo por la supresión de los aranceles de importación y de exportación en el petróleo y el gas. Además, la facilidad de acceso de las mercancías ucranianas al mercado de la Unión Aduanera aportará unos 2.000-3.000 millones de dólares más a la economía ucraniana”, considera Noguinski.

El gas es el tema de mayor actualidad para Kiev. “Ucrania solo puede contar con una gran reducción del precio del gas en caso de que se integre con Rusia. En este caso recibiría el precio interior, como Bielorrusia (170 dólares-180 dólares por 1.000 metros cúbicos de gas) y se conservaría el tránsito a través del territorio ucraniano”, dice Oleg Noguinski.

También considera que si se ingresa en la Unión Aduanera los productores ucranianos podrían luchar por conseguir encargos rusos en materia de defensa, que para el año 2020 ascienden a un volumen total de 500.000 millones de euros. “En la actualidad, las empresas ucranianas productoras de armamento son capaces de ejecutar hasta un 40 % de estos encargos, es decir, teóricamente la economía ucraniana podría ganar hasta 200.000 millones de euros”, explica el jefe de “Proveedores de la Unión Aduanera”.

Por su parte, Serguéi Glazev, asistente del presidente de la Federación de Rusia, calculó que el ingreso a la Unión Aduanera representaría una mejora del balance comercial de hasta 10.000 millones de dólares al año. 

La cuestión no es solo económica

Aunque Kiev cita en primer lugar intereses económicos objetivos, en la historia del rechazo a la integración europea también hay un trasfondo claramente político. A finales del 2011 el Parlamento Europeo adoptó una resolución según la cual una condición para la firma del Acuerdo de Asociación entre Ucrania y la Unión Europea no es solo la liberación de Yulia Timoshenko sino también que se le permita participar en futuras elecciones presidenciales.

Sin embargo, ni el partido gobernante ni la oposición están interesados en el retorno de Timoshenko a la política. En Ucrania resulta evidente para todos que si permiten a Timoshenko que se vaya al extranjero a recibir tratamiento médico, ésta no tendrá ninguna intención de regresar a la colonia penitenciaria de cerca de Járkov.

Incluso en caso de que Timoshenko no pueda participar en las elecciones, sí que está en condiciones de influir mucho en su resultado. Esto perjudicaría claramente a Yanukóvich y podría molestar a los líderes de la oposición parlamentaria: Arseni Yatseniuk (Batkivshina), Vitali Klichko (UDAR) y Oleg Tianibok (Svoboda). Cada uno de ellos se ve a sí mismo como el principal candidato opositor y entiende que la activa participación de Timoshenko en la campaña presidencial, aunque sea indirecta, puede desbaratar todos sus planes.

El director del Instituto de países de la Comunidad de Estados Independientes, Konstantin Zatulin, considera que “la élite ucraniana ha empezado a entender” con qué dificultades se podría encontrar en caso de que se legalizara la “amistad” con Bruselas. “A todos les viene a la mente el caso Timoshenko”, destaca Zatulin. Según este experto, la preocupación de Europa por el destino de la ex primera ministra fue interpretada por Kiev como el deseo de Bruselas de tener su “propio” candidato en las elecciones del 2015, “un candidato con muchas posibilidades de ganar, rodeada de una aureola de martirio, que desbancará al no suficientemente manejable Viktor Yanukóvich”, destaca Zatulin. 

Según Zatulin, Europa intentaba matar dos pájaros de un tiro: apartar Ucrania de Rusia, impedir la posible participación del país en la Unión Aduanera y al mismo tiempo quedar como una magnánima defensora de los principios democráticos. “Al igual que pasa a menudo en la caza, no se pudieron matar dos pájaros de un tiro, -ironiza el politólogo. – Los emisarios europeos no midieron bien sus fuerzas”.

Según el experto tampoco cabe esperar un rápido ingreso de Ucrania en la Unión Aduanera, en la constituida Unión Euroasiática o en estructuras similares.

“Se trata del retorno a la política tradicional para Ucrania, la de múltiples vectores, o columpios”, destaca Zatulin. – Es un estado habitual para la élite ucraniana que no quiere ningún amo, ni de Moscú, ni de Bruselas. Está claro que la firma del acuerdo con la Unión Europea habría cambiado esta multilateralidad por una orientación más unilateral”.  

Artículo basado en información de Gazeta.ru y Vzglyad.

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