Sin planes claros para el futuro de Siria

Fuente: Reuters

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En su informe tras la reunión del Club Valdái la semana pasada como parte de la comitiva de prensa del ministro de Asuntos Exteriores Lavrov, Yevgeny Shestakov sondea la opinión especializada rusa —tanto oficial como extraoficialmente— respecto de las esperanzas de la nación y los miedos de un asentamiento sirio.

Comienza a resultar poco realista esperar que el Consejo de Seguridad de la ONU acepte una resolución acerca de Siria antes de finales de septiembre, tal como el Secretario de Estado de los EE UU John Kerry lo ha promovido. La próxima reunión de los ministros de Exteriores de Rusia y los Estados Unidos en la Asamblea General de la ONU, que tendrá lugar esta semana en Nueva York, no limará las asperezas que han emergido de nuevo entre la Casa Blanca y el Kremlin. Según fuentes cercanas a la administración presidencial rusa, Moscú cree que le mintieron.

Detalles del acuerdo alcanzado

Tras su nombramiento como Secretario de Estado, John Kerry invitó a Serguéi Lavrov a “comportarse como adultos” en una de las primeras reuniones con su homólogo ruso. El acuerdo entre Rusia y los Estados Unidos para destruir las armas químicas sirias es, de hecho, el primer ejemplo de cómo los dos países pueden solucionar los asuntos internacionales más apremiantes. Sin embargo, el documento que refleja el acuerdo de Kerry y Lavrov y en el que se presenta un mapa de las carreteras que llevarían a destruir el arsenal químico de Bachar el Asad, luego fue distorsionado, según han desvelado fuentes cercanas a las misiones diplomáticas rusas.

En oposición a dicho acuerdo, los representantes de Francia, Inglaterra y los Estados Unidos presentaron una resolución preliminar ante el Consejo de Seguridad sobre Siria que incluyó, además del plan para la destrucción de armas químicas, referencias a un artículo de las Naciones Unidas que permite la utilización de fuerzas militares contra Damasco. Según los autores de la resolución, en caso de que el régimen de El Asad infrinja cualesquiera de sus compromisos, se justificaría un ataque.

Según fuentes cercanas al Kremlin, no se discutió nada de eso cuando se reunieron Lavrov y Kerry. Moscú está intentando que sus socios occidentales se atengan al plan acordado con anterioridad y le pidió a Siria que se uniera a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), así como también, sobre la base de recomendaciones provenientes de dicha organización, le pidió al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que adoptara resoluciones sin hacer referencia a posibles sanciones contra Damasco. En caso de que Siria no cumpla con sus promesas, Moscú propone adoptar otra resolución que autorizaría a sancionar al régimen de El Asad. De esta forma, según dicen, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia propone que “separemos la paja del trigo”.

Otro acuerdo fundamental, de acuerdo con fuentes cercanas a las conversaciones ruso-estadounidenses, es que el bando estadounidense se abstendría de realizar nuevas amenazas contra el presidente de Siria, para que este pueda cumplir con sus obligaciones. Sin embargo, pareciera que Washington interpretó las conversaciones de Ginebra entre Lavrov y Kerry de otra manera. Además de la resolución que aprueba un ataque militar sobre Siria, Estados Unidos anunció planes de transferir la causa de Bachar el Asad a la Corte Penal Internacional y comenzó a reunir pruebas de crímenes contra la humanidad. Así, de acuerdo con el Kremlin, fuerzas políticas en Washington están preparadas en dirección de quebrantar los acuerdos de Ginebra alcanzados por Lavrov y Kerry, o enmendarlos como les convenga.

Según fuentes cercanas a las negociaciones, Rusia concedió añadir a la resolución del Consejo de Seguridad su buena voluntad de examinar cualquier violación que haga Damasco del plan de destrucción de armas químicas. Aunque el tema se discutirá en el marco de resoluciones futuras.

Sin plan B

¿Rusia cuenta con un ‘plan B’ en caso de que el régimen de Asad no cumpla con sus obligaciones? Según fuentes cercanas al Kremlin, la respuesta es no. Moscú cree que el bando sirio no quebrantará sus promesas si Occidente se atiene al plan acordado entre Kerry y Lavrov en Ginebra. A la vez, Moscú no está seguro de que Washington y sus aliados vayan a abstenerse de usar la fuerza para derrocar al régimen sirio, incluso si Damasco destruyera sus armas químicas, en especial debido a que la Casa Blanca una vez más calificó al régimen de El Asad de ilegítimo y dijo que no quiere ver a Asad en el poder, en la Siria del futuro.

¿Quién destruirá las armas químicas y dónde lo harán? El ministro de Defensa Serguéi Shoigu dejó en claro que Rusia podría unirse a la coalición internacional a cargo de dicha tarea. Aunque esto no significa que Moscú vaya a hacerlo solo. Según el periódico Kommersant, el Ejército está realizando consultas “relativas al tamaño del contingente” que debería enviarse a Siria. Se asume que el grupo comprenderá especialistas en radiación y seguridad química y biológica de las Fuerzas Armadas rusas. También existe la posibilidad de que se envíe una unidad de fuerzas especiales al lugar del operativo.

Las partes han acordado que los soldados de Rusia, EE UU y diversos países europeos (posiblemente, Francia e Inglaterra) estén involucrados en asegurar el perímetro del área en donde se llevarán a cabo las tareas. Su participación en el operativo podría reducir el riesgo de que la oposición siria provoque un ataque. Sin embargo, el asunto de garantizar la seguridad del personal involucrado en la operación en el campo de batalla continúa siendo fundamental. Podrían terminar siendo hasta 10.000 las personas de distintos países involucradas en la destrucción de armas químicas.

Tiempo y dinero

De acuerdo con los cálculos preliminares, la operación costará más de mil millones de dólares (740 millones de euros) y durará al menos un año. Aunque los especialistas sostienen que el tiempo necesario dependerá de varios factores. El conflicto interno de Siria podría incrementar de manera significativa los costos asociados con la destrucción de sustancias tóxicas y el tiempo necesario para concluir dicha tarea.

Fotos exclusivas de una Siria en ruinas

El director general de la OPAQ, Ahmet Üzümcü, expresó que el acta fundacional de la organización entrará en vigencia en Siria para el 14 de octubre. El país se convertirá en el estado miembro número 190 de la organización. Esto significa que Siria deberá brindar un inventario completo de sus armas químicas, equipo de producción y materiales relacionados tan pronto como sea posible.  

¿Quién lanzó el ataque con gas?

Estados Unidos continúa insistiendo en que el régimen de Bachar el Asad fue responsable del ataque químico sobre un suburbio de Damasco que se cobró las vidas de entre 500 y 1.400 personas el pasado 21 de agosto. De acuerdo con Washington, el informe de los inspectores de Naciones Unidas confirmó la culpabilidad del régimen sirio. Por su parte, Damasco entregó pruebas a la ONU de que, según dice, el delito fue cometido por los rebeldes. De acuerdo con fuentes cercanas al Kremlin, el documento presenta información que confirma que los misiles poseían armas caseras.

Brevemente, las pruebas son las siguientes: en primer lugar, el Ejército ordinario sirio no cuenta con el tipo de misiles encontrados en la escena del ataque químico. Fueron fabricados en los sesenta, en la Unión Soviética y, en ese momento, se vendieron a cerca de 50 países diferentes. En segundo lugar, Rusia nunca dio a Siria ojivas con agentes químicos. Los misiles lanzados no poseían un sistema de dirección o el llamado precursor que los misiles soviéticos tradicionales poseían. En tercer lugar, se encontraron cilindros caseros de sarín en el área del ataque químico. En cuarto lugar, según los servicios de inteligencia, el área desde la cual, según los estadounidenses, se dispararon los misiles no se encontraba por completo controlada por las fuerzas leales a El Asad.

Por último, otro hecho poco conocido: en marzo, varias personas fueron detenidas por el Ejército sirio en posesión de un cilindro de sarín, en la frontera turco-siria. Sin embargo, la ONU no investigó el incidente, a pesar de los pedidos de Damasco. Según los servicios de inteligencia rusos, cerca de un 75% de los grupos que pelearon en Siria contra el régimen de Asad están relacionados en forma directa o indirecta con Al Qaeda; algunos se encuentran en la lista estadounidense de organizaciones terroristas.

Intereses superpuestos

¿Qué pasos darán Rusia y los Estados Unidos, si se comprueba que Damasco no ordenó el ataque químico? Hasta donde se sabe, Lavrov y Kerry no discutieron el asunto en su reunión, en Ginebra, ya que la versión oficial de los hechos no permitiría que Moscú ni Washington se retirasen en un futuro. Entonces, ¿qué se le depara a Siria en el futuro inmediato?

No existe consenso en la comunidad de especialistas rusos o en la administración del país. En la conversación que mantuvimos, el director del Instituto de Estudios Orientales de la Academia de Ciencias de Rusia, el profesor Vitaly Naumkin, propuso que, al evaluar el futuro de Siria, los investigadores deberían abandonar el enfoque tradicional y observar de qué manera se superponen los intereses de los principales actores geopolíticos.

En la actualidad, los intereses de Rusia y Occidente se superponen mucho más de lo que se oponen. Ambas partes se encuentran a favor de la aniquilación de las armas de destrucción masiva en Siria, la asistencia a refugiados sirios y el enfrentarse a los radicales. En cuanto a los posibles escenarios, según el profesor Alexéi Malashenko, del Carnegie Centre moscovita, podría haber al menos tres resultados. Incluyen un ataque a Siria con o sin una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en caso de que El Asad engañe a la comunidad internacional para mantenerse en el poder hasta las próximas elecciones en Siria.

Todos coinciden en que es muy difícil predecir de qué manera se desarrollará la situación. Algo de lo cual mis fuentes están muy seguras es que "Siria no se desmoronará. A nadie le interesa ver eso".

Serguéi Ivanov, director de la administración presidencial de Rusia, al hablar en la sesión de cierre del Valdái Club —que reúne a 200 especialistas de más de 30 países—, bromeó con que la Guerra Fría era un paraíso para los politólogos, ya que todo en el mundo estaba claro y los hechos no eran tan difíciles de predecir. En la actualidad, dijo el señor Ivanov, resulta imposible predecir qué pasará en el mundo mañana.

Para Rusia y Occidente, los hechos ocurridos en Siria son un claro ejemplo de lo impredecibles que se han vuelto las relaciones internacionales. Aunque, al mismo tiempo, la respuesta a la crisis da cuenta de que Moscú y Washington son capaces de llevar a cabo una iniciativa coordinada a fin de resolver conflictos mundiales cuando ambas partes respetan las reglas del ‘juego limpio’.

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