Estados Unidos no puede decidir unilateralmente atacar a Damasco, aunque tampoco piensa retractarse. Fuente: Reuters
“Lo que nos han mostrado los norteamericanos, así como los británicos y los franceses, no nos convence en absoluto. No hay ninguna prueba del uso de armas químicas en Siria, se habla de una posibilidad que no está demostrada. Y cuando pedimos pruebas más detalladas, nos dicen: ‘No podemos mostrarlas porque es información de alto secreto’. De modo que no existen pruebas”, declaraba el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov.
El jefe del Departamento de Derechos Humanos del Ministerio de Asuntos Exteriores, Konstantín Dolgov, por su parte, señala que el ataque contra Siria no podrá ser justificado como misión humanitaria, ya que los métodos estadounidenses de defensa de la población civil siria provocarán daños aún mayores.
“Para nosotros es inaceptable un principio de ‘defensa’ de la población civil que provoca todavía más daño. Recordemos los trágicos acontecimientos relacionados con el uso indebido de la fuerza en la antigua Yugoslavia. Más tarde se 'defendió' de un método similar a la población en Irak y en Libia. Afganistán es otro claro ejemplo de este tipo de protección de la población. En este país fallecieron cientos de habitantes civiles, entre ellos mujeres y niños, tras los ataques de la aviación y de los drones estadounidenses”, declaraba Dolgov.
“Nosotros partimos de que el camino más corto para garantizar los derechos humanos y detener el sufrimiento por el que están pasando los ciudadanos sirios es alcanzar una regulación política de la situación mediante el diálogo entre las partes implicadas en el conflicto sirio”, comenta el diplomático.
En este contexto, los expertos rusos opinan que Barack Obama, en su decisión de “posponer la acción militar” contra Damasco, se ha basado principalmente en estrategias políticas internas.
“A diferencia del presidente Bush, Obama, de formación abogado, se preocupa de dar legitimidad a sus actos. El hecho de que su aliado británico no apoyara sus planes fue un duro golpe para él”, declara al periódico Kommersant Dmitri Trenin, director del Centro Carnegie de Moscú. “Obama quiere al menos repartir la responsabilidad en el Concreso”. Trenin subraya que el actual presidente de Estados Unidos “es ante todo un político, más que un estratega geopolítico, y su prioridad sigue siendo la política interior”.
Alexéi Malashenko, profesor del Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú y miembro del centro Carnegie, también opina que tras toparse con una mala recepción de sus iniciativas en el mundo, Obama no desea cargar con la responsabilidad de una nueva guerra: “Es del todo evidente que la mayor parte de los republicanos está a favor de este ataque. Algunos demócratas también apoyan esta idea. Pero una cosa es la tarea de los legisladores y otra la de las personas que se dedican a la política práctica, ya que ellos son quienes responderán después ante la sociedad”.
Este experto en política aclara que en el contexto de una serie de guerras impopulares en Irák y Afganistán y del asesinato del embajador estadounidense en Libia, un ataque a Siria afectará negativamente en la popularidad y autoridad de Obama, que tiene la intención de terminar con éxito su segunda legislatura.
Malashenko considera que los norteamericanos han caído en una trampa en la cuestión Siria. Ellos mismos entienden que este ataque no llevará ni al fin de la guerra civil ni a derrocar el régimen de Bashar al Asad. Como resultado, la Casa Blanca no puede retirar su apoyo a los rebeldes sirios, pero tampoco desea ordenar un ataque que vaya a resultar inútil.
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“Si Estados Unidos no lleva a cabo este ataque, será una muestra de su propia debilidad. Si lanza el ataque, pondrá de manifiesto un gran error. En cualquier caso Obama será objeto de críticas, y en cualquier caso quedará claro que la política norteamericana está siendo totalmente incomprensible”, constata Malashenko.
El experto no descarta que el ataque contra Siria pueda no tener lugar en absoluto: “Es posible que los estadounidenses busquen constantemente excusas para posponer el ataque. Será el G20 o la comisión de la ONU quienes den una explicación a lo ocurrido. Es posible que los norteamericanos 'muestren humanidad”.
Artículo basado en información de RIA Novosti, radio Golos Rossiiy los periódicos Kommersant y Vzgliad
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